BBVA está decidido a seguir adelante con su oferta pública de adquisición (OPA) sobre Banco Sabadell, a pesar del rechazo que ha generado la operación. La entidad vasca ya ha comenzado a planificar la estructura de la entidad resultante en caso de concretarse la absorción de su competidor catalán.
Preparativos para la integración y reducción de oficinas
Según fuentes cercanas al proceso, BBVA está trabajando en la reorganización de su red de oficinas y en la evaluación de la plantilla que se necesitaría si la operación se lleva a cabo. Los analistas estiman que, en función de la estrategia adoptada, el número de oficinas de Sabadell que podrían cerrarse oscilaría entre 400 y 600, principalmente en el área del arco mediterráneo, donde ambos bancos tienen una presencia significativa. En respuesta, BBVA ha suspendido las reformas de oficinas programadas hasta definir sus necesidades definitivas.
El análisis de la plantilla también es crucial en este proceso de concentración, que tradicionalmente conlleva planes de reestructuración. Fuentes consultadas previamente indican que, de concretarse la OPA, BBVA podría prescindir de entre 4.000 y 5.000 empleados de Banco Sabadell.
Aprobaciones regulatorias en marcha
La OPA ha recibido ya el visto bueno de varios reguladores. El Banco Central Europeo (BCE) ha comunicado su «no oposición» a la oferta, lo que implica su aprobación. Asimismo, BBVA ha obtenido la autorización de la autoridad británica de regulación prudencial (Prudential Regulation Authority) para el control indirecto de TSB Bank, filial de Sabadell en el Reino Unido. La entidad aún espera la aprobación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que se espera que se pronuncien a principios de 2025.
Obstáculos políticos y oposición del Gobierno
A pesar de las aprobaciones regulatorias, BBVA enfrenta un obstáculo significativo: la oposición del Gobierno. El Ejecutivo ha manifestado su desacuerdo con la OPA, argumentando que podría afectar negativamente a la competencia, la estabilidad financiera y la inclusión territorial en España.
Banco Sabadell también ha mostrado resistencia a la oferta. Antes de la formalización de la OPA, el consejo de administración había rechazado una propuesta de fusión unilateral de BBVA, considerándola como una infravaloración de su proyecto y perspectivas de crecimiento como entidad independiente. Además, la operación enfrenta oposición de la Generalitat Valenciana, diversas patronales, y partidos como PP, PSOE, Junts y ERC.
Críticas de analistas y agencias de inversión
La OPA no solo ha encontrado resistencia política, sino también escepticismo entre analistas y agencias de inversión. Empresas como XTB, IG, Renta 4 y Bankinter han expresado que la oferta no resulta atractiva en términos de precio y que no participarían en ella si tuvieran acciones en cartera. Exane BNP Paribas ha calificado la operación de «no estratégica» en este momento y advierte que su carácter hostil podría prolongar el proceso hasta mediados de 2026.