Imagen: Un misil Fath 360 en una de las pruebas previas a su entrada en servicio. Wikimedia Commons
Las presiones del presidente ucraniano Volodímir Zelenski son constantes cuando se trata de presionar a Joe Biden para que apruebe que Ucrania ataque objetivos en suelo ruso con armamento de la OTAN. Mientras esto ocurre, Moscú se refuerza con armamento suministrado por Corea del Norte e Irán.
Kirilo Budánov, jefe de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio, afirmó el sábado que las nuevas entregas de munición de artillería norcoreana para las tropas rusas están siendo una ayuda decisiva para el avance de Rusia en múltiples frentes de la provincia de Donetsk. “Como jefe de inteligencia puedo decir que el hecho de que estén suministrando misiles balísticos es un contratiempo, pero no lo hacen en una cantidad significativa”, dijo.
La realidad es que Corea del Norte cuenta con enormes cantidades de munición de uso para la artillería de origen soviético como la que utiliza Rusia. Además, el presidente ruso Vladímir Putin y el norcoreano Kim Jong-un han intensificado este 2024 lazos comerciales y militares. Tanto es así que se identificaron cohetes norcoreanos Hwasong-11 en el arsenal ruso, unos misiles de largo alcance con una capacidad de vuelo de 700 kilómetros. Cuatro de ellos fueron reconocidos en un bombardeo contra la capital del 18 de agosto.
De menor alcance, de 120 kilómetros, son los Fath-360, unos misiles balísticos de producción iraní que tanto Estados Unidos, como el Reino Unido y la Comisión Europea dan por hecho que Teherán ha entregado este septiembre a Moscú. Sky Newsinformó de que Rusia podría haber recibido más de 200 Fath-360. Tanto el Kremlin como el régimen de los ayatolás han negado que sea cierto. De momento no se ha identificado el disparo de estos cohetes en suelo ucranio.
La ayuda no llega a Ucrania
El asesor de Zelenski para la industria militar Oleksandr Kamyshin aseguró el 14 de septiembre a la agencia AFP que su país necesita 20.000 millones de dólares (casi 18.000 millones de euros) para trabajar a pleno rendimiento, pero que solo cuentan en el presupuesto público con 7.000 millones.
Pero lo que Zelenski considera más urgente es recibir el visto bueno de Biden para utilizar misiles de largo alcance de la OTAN contra objetivos militares dentro de Rusia. Washington ha permitido hasta ahora que su tecnología de guerra sea utilizada en regiones fronterizas, también en la incursión ucrania en la provincia de Kursk, pero el presidente estadounidense todavía sopesa su decisión.