En la madrugada del lunes, 170 empleados de la central eléctrica de carbón de Ratcliffe-on-Soar se reunieron por última vez en su cantina, observando vía streaming el apagado de las unidades generadoras. Esta planta, ubicada en Nottinghamshire, al norte de Inglaterra, fue la última en operar con carbón en el Reino Unido, poniendo fin a 142 años de uso de este combustible fósil, uno de los principales responsables del calentamiento global debido a sus emisiones de dióxido de carbono.
Fin de una era: el carbón y la Revolución Industrial
El cierre de Ratcliffe marca el fin de un capítulo esencial en la historia del país, el cual, durante la Revolución Industrial, hizo del carbón el motor de su economía. La primera central que generaba electricidad a partir de carbón en el país comenzó a funcionar en 1882, y para los años 90, el 65% del consumo eléctrico provenía de esta fuente. Sin embargo, una combinación de la pérdida de competitividad frente al gas y las energías renovables, junto con políticas climáticas, propició el cierre definitivo de la planta.
El Reino Unido se convierte así en el primer país del G7 en abandonar completamente el carbón en su sector eléctrico. Esta tendencia se refleja a nivel mundial, con un tercio de los países de la OCDE sin utilizar ya este combustible, y se espera que tres cuartas partes lo hayan eliminado para 2030.
Transformación energética en el Reino Unido
El declive del carbón comenzó en los años 90, cuando las minas del país dejaron de ser competitivas y el gas emergió como alternativa. Sin embargo, la caída más drástica ocurrió en la década de 2010, gracias a un conjunto de medidas climáticas adoptadas por sucesivos gobiernos, desde el conservador David Cameron en adelante.
El grupo de expertos Ember señala cinco factores clave que facilitaron la rápida transición: la fijación de una fecha límite para el fin del carbón, la implementación de un precio al dióxido de carbono, el respaldo a la energía eólica marina, la reforma del mercado eléctrico para favorecer las renovables y la inversión en redes de energía. Estas medidas permitieron la eliminación de 880 millones de toneladas de dióxido de carbono desde 2012.
Desafíos globales y el futuro de las energías renovables
Mientras el Reino Unido y otros países avanzan en su desenganche del carbón, los expertos están preocupados por la creciente demanda de este combustible en economías emergentes como India, Indonesia y Filipinas. En 2023, la Agencia Internacional de la Energía prevé que la demanda de carbón disminuya en casi todas las economías avanzadas, pero que este descenso sea compensado por el aumento en estos países.
No obstante, según expertos como David Robinson, el progreso en energías renovables en China e India es notable. Ambos países están cumpliendo con creces sus compromisos climáticos, y se espera que la mayor parte de su creciente demanda de electricidad provenga de fuentes renovables en las próximas décadas.
