Alguien que estudie qué es lo que sucede con el Real Madrid, el Bernabéu y la Champions. Desde ya que no es normal. Nos cansamos de repetir crónicas como la de hoy, en la que va todo mal y acaba todo bien. «Mística» se le suele decir en el universo futbolístico. Creemos que no alcanza como explicación, aunqe tampoco la intentaremos encontrar en este breve relato de lo ocurrido.
Yendo a los hechos, diremos que Ancelotti saltó al campo con el dibujo que mejor y más resultados le ha dado. Un 4-3-3 con Bellingham, Modric y Valverde en el mediocampo y Vini, Mbappé y Rodrygo arriba. Que el Borussia Dortmund es un señor equipo, con un grandísimo entrenador como Nuri Sahin, que pese a su corta carrera como entrenador durante 45′ minimizó al mínimo conjunto blanco en su estadio y ante su gente. Y que pese a ir dos goles arriba, terminó cayendo estrepitosamente. Como casi cada equipo que visita el Santiago Bernabéu en esta competición.
Pese a que el Madrid contaba con la iniciativa en el primer tiempo, las situaciones no llegaban. El Dortmund, bien parado y apostando a la contra, se sentía cómodo en el campo. Y a los 30′ iba a golpear. Lucas la perdió en la salida, Malen y Guirassy combinaron y el neerlandés definió ante la salida de Courtois para poner el 1 a 0. Lejos de quedar satisfecho, cuatro minutos más tarde llegaría el segundo. Malen desbordó a Mendy, centró y al segundo palo y Gittens solo tuvo que empujarla. 2 a 0 y los pitos que comenzaron a bajar de las gradas.
Que no haya habido más goles en la primera parte fue un milagro. El Madrid los tuvo con un remate de Rodrygo, un cabezazo de Bellingham y una jugada en la que ambos estrellaron sus tiros en el larguero. Y el Dortmund tranquilamente podría haberse ido al descanso tres arriba, pero Courtois se lo negó a Brandt primero y a Gittens después.
El Madrid nunca muere
Carlo Ancelotti debe haber tocado alguna fibra en el entretiempo porque el equipo que salió a jugar el segundo tiempo fue uno completamente distinto al de la primera parte. Desde temprano se notó el ímpetu de ir en busca del triunfo, y si bien Courtois debió aparecer en más de una ocasión para evitar no solo la derrota sino una goleada, la ambición merengue tuvo su premio.
A los 60′, Mbappé centró desde la derecha y Rüdiger, entrando como un camión, cabeceó solo al gol. Fue el punto de inflexión. El castillo que los amarillos habían construido se estaba por desmoronar. Apenas tres más tarde, con suspenso de VAR mediante por un supuesto fuera de juego, Vini selló el empate aprovechando un balón suelto en el área. 2 a 2 y la certeza de que todavía había más por llegar.
Mbappé estuvo cerca de concretar la remontada en el 81′, pero Kobel se lo negó, lo mismo que Courtois al ingresado Beier. Y un minuto más tarde, Lucas Vázquez, tomándose la pausa justa dentro del área, sacó un disparo sin escalas a la escuadra más lejana del portero suizo. 3 a 2 y locura desatada.
En el final, Vini, en modo Balón de Oro, le puso las cerezas al pastel. Dos golazos de megacrack, el primero dejando rivales en el camino y sacando un derechazo bajo desde fuera del área, y el segundo quebrándole la cadera a Waldemar Anton, al mejor estilo Messi con Boateng.
Ganó el Madrid, el de las remontadas. El que quiere la 16.