La reciente visita de los Reyes de España, Don Felipe VI y Doña Letizia, acompañados por el presidente del Gobierno y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, fue interrumpida debido a la tensión creciente y los actos de protesta en Valencia. La comitiva oficial, que acudió a la región para brindar su apoyo a las víctimas de las inundaciones producidas por la DANA, se encontró con el descontento y la frustración de algunos vecinos, quienes lanzaron objetos y fango, además de gritar consignas dirigidas hacia las autoridades presentes.
Los Reyes habían llegado a Valencia con el propósito de conocer de primera mano los daños sufridos por la comunidad. Doña Letizia, vestida de negro en señal de luto, acompañaba a Don Felipe con una expresión visiblemente seria, listos para enfrentar la desolación que ha dejado a su paso la tormenta. Desde la llegada, los Reyes mostraron interés en comprender la situación de las familias de fallecidos y desaparecidos, así como en alentar a los vecinos en la recuperación de los suministros básicos.
La visita comenzó de forma solemne, pero las tensiones se hicieron evidentes cuando los vecinos y voluntarios expresaron su enojo, en parte motivado por los cortes en las calles realizados por el dispositivo de seguridad. Efectivos de la Guardia Civil a caballo bloquearon el acceso a una de las vías ya limpias de fango, lo cual obligó a los voluntarios a tomar rutas más complejas para continuar con sus labores de limpieza. Además, la presencia de numerosos periodistas en la zona afectada fue motivo de molestia para algunos vecinos, quienes exigieron atención directa antes que cubrir la visita institucional.
A medida que avanzaba la jornada, los ánimos se caldearon. Mientras el Rey y Carlos Mazón intentaban dialogar con los presentes, se escuchaban consignas de «Asesinos, asesinos» y «Mazón dimisión». La situación se tornó insostenible, y Pedro Sánchez, tras enfrentarse a fuertes críticas, optó por abandonar el lugar, dejando a Don Felipe y a Mazón en un intento por calmar la situación.
La Casa Real ha seguido de cerca los acontecimientos desde el inicio de la catástrofe. Desde el martes, los Reyes han estado pendientes de la evolución de la situación en la Comunidad Valenciana, emitiendo mensajes de apoyo y condolencia a las víctimas. La visita se organizó de manera discreta para mostrar respeto por los afectados, pero la atención mediática fue inevitable.
Los gestos de solidaridad de los Reyes han sido constantes en los últimos días. Don Felipe, incluso, realizó una videoconferencia con el comité de coordinación de la UME y otros puestos avanzados para supervisar las labores de rescate y asegurarse de que no faltaran recursos en la ayuda. La respuesta de la Casa Real incluyó, además, el envío de 100 efectivos de la Guardia Real y 47 de la Guardia Civil, sumados a los equipos de ayuda en las labores de rescate.
Desde su juventud, Don Felipe ha aprendido la importancia de estar presente en los momentos difíciles, y ha inculcado esta misma sensibilidad a Doña Letizia. En el pasado, los Reyes se han desplazado a lugares donde se han producido atentados, desastres naturales y tragedias como la erupción volcánica en La Palma o el incendio en Campanar, Valencia. En todos estos casos, se les ha visto hablando con las personas afectadas, quienes valoran su cercanía y empatía en los momentos críticos.
Con una agenda ajustada a causa de esta tragedia, Don Felipe y Doña Letizia han pospuesto compromisos oficiales para dedicar su atención a la recuperación de la Comunidad Valenciana. La Casa Real, desde el primer momento, ha expresado su apoyo incondicional a las víctimas, enfatizando la importancia de la unidad y la cooperación en estos momentos de desolación. El lunes próximo, el Rey presidirá una reunión en el cuartel general de la UME en Torrejón de Ardoz para hacer seguimiento de las labores de reconstrucción y evaluar las necesidades de la población afectada.