Alexander Zverev quería revancha ante su bestia negra de los últimos tiempos. Taylor Fritz le había ganado los últimos tres enfrentamientos entre ambos, incluido el de tercera ronda de Wimbledon. En aquella ocasión, el alemán debió abandonar por lesión y no le gustó nada el excesivo festejo del grupo de familiares que acompañaba a Fritz. Esta tarde en Turín estaba en juego el pase a la final del Torneo de Maestros y contra todos los pronósticos, el que avanzó fue el estadounidense por 6-3, 3-6 y 7-6 (2)
No pudo ser para el Nº2 del mundo, verdugo de Carlos Alcaraz y campeón de este certamen en 2018 y 2021. Llegaba con la confianza en su pico, arrastrando un invicto de ocho partidos que lo llevaron también a consagrarse en Paris-Bercy. En un encuentro sumamente parejo que enfrentó a dos temibles sacadores, el trámite se definió en pequeños detalles.
Sí lo fue para el Nº5, el primero de su país en alcanzar la final de un ATP Finals desde James Blake en 2006. Se quedó con el partido, un premio extra por encima del millón de dólares y 400 puntos para el ranking ATP. Ya supera virtualmente en el cuarto puesto a Daniil Medvedev y este domingo tendrá la oportunidad de desquitarse del mismo rival que le arrebató el título del último US Open.
Sinner no deja dudas
En el segundo turno de la jornada en el Inalpi Arena de Turín, Jannik Sinner tomó nota de lo sucedido con Zverev y se aseguró de no haya una nueva sorpresa. El Nº1 del mundo demolió a Casper Ruud ante cerca de 13.000 espectadores que no dejaron de ovacionarlo y se metió en el encuentro decisivo del ATP Finals con un 6-1 y 6-2 en algo menos de una hora y diez minutos de juego.
No hubo punto de comparación entre el italiano y el noruego. Sinner arrasó desde el primer game con un juego majestuoso que por momentos roza la excelencia. Levantó dos bolas de break con el resultado 3-1 a su favor en el primer set y desde ahí todo fue sencillo hasta el final.
Ante Fritz, buscará ser el primer italiano en conseguir el Torneo de Maestros luego de la caída sufrida en la final del año pasado frente a Novak Djokovic. Sería la cereza del postre a un año que lo vio consagrarse en Australia y el US Open y alcanzar lo más alto del ranking por primera vez en su carrera.