Posiblemente estemos ante el gobierno más corrupto de la democracia española: un gobierno sumido en escándalos diarios y que está herido de muerte. Cuando tu enemigo es tan malvado debería ser bastante fácil hacer oposición, pero el problema es que tenemos al PP. Desde la derecha solemos criticar mucho al PSOE, como es natural, pero a veces no criticamos con suficiente dureza al PP.
Hace mucho que el PP dejó de ser de derechas, quizás en algún momento lo fue, pero hoy, desde luego, no lo es. El PP es un partido con muchísimos más puntos en común con el PSOE que con VOX, sólo hay que remontarse al gobierno del infame Mariano Rajoy, que con mayoría absoluta no cambio absolutamente nada del anterior gobierno socialista. El PP es conservador en tanto en cuanto conserva la miseria del PSOE.
Lo que hay que preguntarse estos días es: ¿qué narices está haciendo el PP? El PSOE está tremendamente debilitado, casos de corrupción infames salpican a varios ministros y familiares del presidente, y el PP desaparecido. El acoso al gobierno por tierra, mar y aire debería ser constante. Por el contrario, el PP prefiere sacar a Borja Semper diciendo que no van a ser duros con el PSOE, aunque saben que el PSOE si lo sería con ellos. Esta es la ideología de la moderación, del centro centrado y del legalismo. El PP quiere ser el partido constitucional, ¿qué es eso? Como si la constitución no hubiera sido una de las causas por las cuales estamos así.
Contra el PSOE es necesario dureza extrema, ellos no van a dudar en lanzarse al cuello cuando tengan la oportunidad. Esto es política y quien tenga menos escrúpulos gana, por eso siempre gana el PSOE. Uno ya empieza a dudar si en el PP quiere ganar, o simplemente mantenerse en la cómoda posición del opositor moderado. El PP siempre fue el hermano tonto el PSOE, el que le salva en los momentos de apuros. En realidad, al PP le encantaría ser el PSOE, pero les falta maldad y radicalización.
Por no hablar de que hará el PP cuando llegué al poder, porque en algún momento llegará, lo que no sabremos es si será con Feijóo o no. Lo más seguro es el que el PP no elimine ninguna ley socialista, preparará de nuevo el terreno para que llegue el PSOE triunfante.
Luego habría que hablar de VOX, posiblemente la única oposición real al gobierno, pero menuda oposición. Soy el primero que piensa que la inmigración actual es un gran problema no sólo en España, sino en Europa, pero, señores de VOX, hay muchos más problemas que esos. Por si fuera poco, hace unos días salió un diputado de VOX en el Congreso alabando el franquismo: eso no es hacer oposición, eso es querer que el PSOE gobierne de por vida, ¿es que no hay nadie inteligente en este país?