Miles de sirios se han reunido en la Mezquita Omeya de Damasco, para celebrar la destitución del presidente Bashar al-Assad, mientras los líderes mundiales celebraban reuniones para discutir los desafíos que enfrenta el país devastado por la guerra.
Esta celebración fue convocada el viernes pasado por Ahmed al-Sharaa, líder del grupo armado HTS, Hayat Tahrir al-Sham. El HTS arrasó el país y tomó la capital la semana pasada, expulsando a Al Assad, que huyó a Rusia, y poniendo fin a casi 14 años de guerra. Hayat Tahrir al-Sham estaba afiliado en las líneas de Al Qaeda, pero en 2016 decidieron romper cualquier vínculo con los últimos. Desde entonecs, HTS se define como una “organización terrorista” por muchos gobiernos occidentales que ahora enfrentan el desafío de determinar su enfoque.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, durante una reunión en Turquía, señaló que era “imperativo” trabajar contra un resurgimiento del EI (ISIS) en Siria tras la caída de al-Assad. Hakam Fidan, ministro de Asuntos Exteriores turco, respondió que Ankara estaba comprometida a garantizar la estabilidad en Siria “lo antes posible” y a “evitar que ISIS” se afiance allí.
Durante la visita de Wang Yi, ministro de Asuntos Exteriores de China, a Egipto, el futuro de Siria ocupó un puesto relevante. Wang y el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, dijeron que las dos partes habían acordado promover la paz y las negociaciones para lograr la estabilidad en Siria y Oriente Medio.
El régimen de Al Assad mató al menos a 600.000 de sus propios ciudadanos
“Ambas partes están profundamente preocupadas por la situación actual en Siria y piden respeto por la soberanía de Siria”, dijo Wang a los periodistas, instando a evitar que “fuerzas terroristas y extremistas se aprovechen del caos”.
El nuevo gobierno se ha comprometido a proteger el estado de derecho después de años de abusos bajo el gobierno de Al Assad e insiste en que se protegerán los derechos de todos los sirios.
El régimen de Al Assad mató al menos a 600.000 de sus propios ciudadanos y dejó a millones de personas sin hogar. Más de un millón de personas han sido desplazadas desde que comenzó la ofensiva rebelde el mes pasado, y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU está buscando 250 millones de dólares para asistencia alimentaria.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, confesó que veía muchos desafíos por delante para estabilizar Siria. “Si bien ha habido avances hacia una estabilización provisional en algunos aspectos”, manifestó. Así mismo denunció que, “la situación sigue siendo muy fluida”.