Pedro Sánchez, junto a Yolanda Díaz, durante la reunión del comité de crisis para el seguimiento de la DANA // La Moncloa
La gestión del desempleo juvenil ha sido uno de los pilares discursivos del Gobierno de Pedro Sánchez, pero la revisión de los datos desvela contradicciones y medias verdades en sus afirmaciones. Aunque el presidente ha proclamado avances históricos en la lucha contra el paro juvenil, las cifras revelan una realidad mucho más compleja, con España liderando las tasas de desempleo juvenil en Europa y demostrando sus afirmaciones como engañosas por lo menos.
España, líder en paro juvenil y femenino en Europa
Con un desempleo juvenil del 26,7% en 2024, el país mantiene su posición como líder en esta más que preocupante estadística. Una realidad que contrasta con el optimismo promovido desde el Ejecutivo, que celebra a lo grande descensos modestos en el desempleo mientras ignora el contexto. Aunque el paro general muestra una tendencia descendente, la posición de los menores de 25 años en el mercado laboral sigue siendo precaria. No como una simple falta de oportunidades laborales estables, sino como un panorama dominado verdaderamente por la temporalidad y precariedad. En 2024, el 63% de los contratos fueron temporales, un 6,3% más que en 2023, lo que subraya una palpable dificultad de acceder a empleos indefinidos, especialmente para la población joven.
Otro factor preocupante es la afiliación a la Seguridad Social, que dejó en diciembre el peor dato en once años, con un incremento mínimo del 0,17% respecto al mes anterior. Aunque comunidades como Madrid y Andalucía lideraron la creación de empleo, estas cifras no se tradujeron en mejoras significativas para los jóvenes, un colectivo que sigue enfrentándose a barreras estructurales en el acceso al empleo.
El mito de la “tasa de paro juvenil más baja de la historia”
El propio Pedro Sánchez ha intentado en varias ocasiones maquillar la realidad del paro juvenil en España para presentar su reducción como un logro del Gobierno progresista. Un ejemplo claro fue en julio de 2023, cuando Sánchez afirmó en una entrevista en El Programa de Ana Rosa que el desempleo juvenil había bajado seis puntos durante su mandato. Sin embargo, esta afirmación, basada en datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), es engañosa.
El descenso de seis puntos correspondía al periodo entre el primer trimestre de 2018 y el primero de 2023, sin embargo, Sánchez no asumió la presidencia hasta junio de 2018, por lo que el mérito tendría que ser achacado en una parte importante al gobierno anterior, el de Mariano Rajoy. Si se toma como referencia su gestión desde el tercer trimestre de ese año, la reducción real es de tan solo tres puntos porcentuales, pasando del 33% al 30,03%. Además, a pesar de este descenso, la tasa actual sigue siendo una de las más altas de Europa, lo que cuestiona el impacto real de las políticas implementadas.
En febrero de 2024, Sánchez volvió a destacar los avances en el empleo juvenil, asegurando que España tenía la «tasa de paro juvenil más baja de la historia». Sin embargo, los datos desmienten esta afirmación. Según la EPA, el mínimo histórico se registró en el tercer trimestre de 2006, cuando la tasa se situó en el 16,9%. En comparación, el 28,36% registrado en el cuarto trimestre de 2023 está 11,5 puntos por encima.
Aunque el número absoluto de jóvenes desempleados en enero de 2024 fue el más bajo para ese mes desde que hay registros, este dato no se traduce en una mejora proporcional de la tasa de desempleo, solo indica que podría haber menos jóvenes o que estos no se registran en el SEPE como desempleados.
También Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, cayó en la misma afirmación que Pedro Sánchez cuando afirmó en una entrevista en Las mañanas de RNE que España tiene “la tasa de paro juvenil más baja de la serie histórica” y 185.000 jóvenes desempleados. Sin embargo, esta declaración es engañosa, por la misma razón que antes.
Es cierto que en diciembre de 2024 se registró el número absoluto más bajo de jóvenes desempleados desde 2001, con 185.801 menores de 25 años, según el Ministerio de Trabajo. No obstante, la tasa de paro juvenil, indicador más representativo, no alcanzó un mínimo histórico. Según el INE, en el tercer trimestre de 2024, la tasa fue del 26,89%, un porcentaje superior al registrado en el tercer trimestre de 2006, cuando la tasa se situó en el 16,9%, o incluso entre 2002 y 2008, cuando fluctuó entre el 16,9% y el 24,2%. Esta falta de precisión al combinar datos absolutos con tasas porcentuales genera una percepción equivocada sobre la precaria situación laboral de los jóvenes y la verdadera falta de ayuda que les ofrecen desde el Gobierno.
La conclusión es que la tasa de paro refleja mejor la situación laboral porque mide el desempleo en proporción a la población activa. El descenso en el número absoluto de jóvenes desempleados no puede desvincularse del continuo descenso de jóvenes en edad de trabajar durante las últimas dos décadas o de la búsqueda de estos jóvenes de fórmulas distintas a apuntarse al paro, una solución que se ha visto ineficaz en los últimos años. El paro juvenil en España continua como un problema estructural basado en la precariedad laboral y la sobrecualificación.