Imagen: ministra de Hacienda, María Jesús Montero
El año 2025 traerá un incremento en los precios de la electricidad, el gas y los carburantes, afectando directamente a los consumidores. Factores como el retorno de ciertos impuestos, el funcionamiento del mercado mayorista eléctrico, la reducción progresiva de ayudas, las tensiones geopolíticas y el impacto de la inteligencia artificial sobre la demanda configuran un panorama de encarecimiento.
Según el análisis de Grupo ASE, “2025 comienza con una clara tendencia al alza en los precios de la electricidad y un retorno de la incertidumbre”. La evolución de los precios dependerá en gran medida de las reservas de gas en Europa al finalizar el invierno, además de la climatología y la demanda asiática de gas natural licuado (GNL).
Electricidad: menos ayudas, más impuestos
El aumento en el precio de la electricidad está prácticamente garantizado. A partir de 2025, el IVA regresará al 21% y las ayudas del bono social eléctrico se reducirán progresivamente, quedando en un 35% para consumidores vulnerables y un 50% para los vulnerables severos. Además, el Gobierno planea mantener el impuesto del 7% a las empresas generadoras y revisar la estructura de “cargos y peajes” en los recibos.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estima que las facturas de electricidad aumentarán un 13% para los hogares. Esto significa un incremento de 118 euros anuales para los consumidores en el mercado libre y 106 euros para quienes tienen tarifa regulada (PVPC).
Transformación en el consumo eléctrico
Mientras España avanza hacia la descarbonización, con un 56% de la generación eléctrica proveniente de fuentes renovables en 2024, las fluctuaciones horarias en los precios se intensificarán. Jorge Morales, de Próxima Energía, prevé que la energía solar liderará la generación eléctrica a corto plazo, lo que generará grandes diferencias de precios entre las horas centrales del día y aquellas en las que se recurre al gas.
En paralelo, la búsqueda de contratos más competitivos por parte de empresas y particulares se intensifica. Durante 2023, 6,4 millones de consumidores cambiaron de suministrador, y esta tendencia continúa al alza.
Gas: un mercado en tensión
En Europa, las reservas de gas han disminuido, mientras que la oferta de GNL estadounidense también se ha reducido respecto al año anterior. El cierre del gasoducto ruso a través de Ucrania presiona aún más los precios, que se espera suban en 2025. Este encarecimiento repercutirá directamente en la electricidad, dado que por cada euro que sube el gas, el precio de la luz aumenta en dos euros.
En España, a pesar del crecimiento de las energías renovables, el gas seguirá siendo esencial para garantizar el suministro en condiciones desfavorables, como sequías o falta de viento.
Aumento en el precio del Diésel
Aunque se espera una relativa estabilidad en el precio del petróleo, el Gobierno planea ajustar el impuesto especial de hidrocarburos, lo que encarecerá el precio del diésel en unos 10 céntimos por litro. Este cambio afectará especialmente a los propietarios de vehículos diésel, quienes podrían ver un aumento notable en el coste de llenar el depósito.