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22 Dic 2024
22 Dic 2024
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La violación de Lucrecia: la caída de la monarquía en Roma

La violación de la joven Lucrecia supuso el punto final de la Monarquía romana y la necesidad de un cambio en el sistema de gobierno romano.

En el artículo acerca de Tarpeya, contemplamos los albores del sistema monárquico y, en este, su ocaso. No obstante, como si se tratase de una composición anular, ambos hechos están marcados por la violencia y por una mujer paradigmática (o no) de los valores romanos.

Los protagonistas: Bruto y los Tarquinios

La principal fuente histórica de este acontecimiento es Tito Livio en su Ab urbe condita o Desde la fundación de la ciudad al final del libro I, secciones 57-60. En el contexto de la guerra contra la tribu de los rútulos y del asedio a la ciudad de Ardea, se encontraban Lucio Junio Bruto, hijo de Tarquinia, hermana del rey Tarquinio el Soberbio, Sexto Tarquinio, hijo de Tarquinio el Soberbio, y Lucio Tarquinio Colatino, marido de Lucrecia.

Por la noche y bajo los efectos del vino, surgió el tema de conversación sobre sus esposas. Entonces, Colatino propuso cabalgar cada uno hacia sus casas para demostrar cuál de todas era la más ejemplar. Efectivamente, ganó Lucrecia, ya que tejía junto a las esclavas en lugar de gozar del lujo de los banquetes. Así pues, su marido Colatino invitó al resto de jóvenes a una cena. Sin embargo, uno de sus invitados se fijó perdidamente en su mujer: Sexto Tarquinio.

El momento shock: la violación de Lucrecia

Pocos días después, durante la noche, Sexto Tarquinio se dirigió a la casa de Lucrecia y pronunció las siguientes amenazas con una espada, mientras apretaba el pecho de la mujer con la mano izquierda: “Calla, Lucrecia; soy Sexto Tarquinio; hay una espada en mi mano; morirás, si emites tu voz”. Al observar su negativa a cumplir tales exigencias, la chantajeó con matarla y colocar un esclavo muerto y desnudo junto a ella, de modo que él propagaría el rumor de que estaba cometiendo adulterio. Ante esta situación en la que se jugó la pérdida de honor, Lucrecia accedió contra su voluntad.

Yo, Lucrecia

Una vez que este se marchó, ella envió a un mensajero para que llamara a su marido y a su padre, Espurio Lucrecio, cada uno con un amigo. La víctima relató los sucesos y terminó el discurso de esta forma: “Vosotros habréis visto qué se debe hacer a aquel: yo aunque me absuelvo del pecado, no me libero del suplicio; y luego ninguna impúdica vivirá con el ejemplo de Lucrecia”. Acto seguido, Lucrecia sacó un cuchillo y se suicidó con los gritos desconsolados del padre y del marido.

Finalmente, Lucio Junio Bruto, iracundo y sacando el arma del cuerpo inerte de Lucrecia, juró expulsar al rey y a su familia entera de Roma. Un exilio que consiguió mediante el apoyo del ejército y del pueblo, además del asesinato de Sexto Tarquinio.

Y así concluyeron 25 años de reinado de Lucio Tarquinio el Soberbio y 244 años de dinastía real, de manera que se inaugurará una nueva era donde el poder se centrará en la res publica (de ahí, República) y caerá en manos del senado y el pueblo romano (Senatus Populusque Romanus, SPQR). Todo ello gracias a un valeroso acto de honor de una mujer llamada Lucrecia.

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