«Las Big Four, ese gran desconocido que, con esta serie de artículos, pretendo explicar y desgranar»
A finales de septiembre de 2023 nos despertábamos con una noticia cuya investigación comenzaba un año atrás, el Ministerio de Trabajo impone una multa de 1,4 millones de euros a las cuatro grandes firmas de consultoría sobre las prácticas y condiciones laborales, acusando a estas compañías de atentar contra los derechos de sus empleados durante los últimos ejercicios. Después de aproximadamente un año recogiendo testimonios de empleados y realizando auditorías de horarios y registros de horas, el Ministerio informó sobre el incumplimiento del Real Decreto-ley 8/2019, el cual obliga a las empresas a garantizar el registro diario de jornada y a ponerlo a disposición de la autoridad competente.
Esta noticia, que para otro tipo de empresa no habría generado tanta expectación, abrió un intenso debate en la sociedad española sobre los modelos de trabajo actuales en el sector privado, más específicamente en aquellos implantados en compañías como las Big Four. Ante tal exposición mediática no tardaron en proliferar todo tipo de noticias, muchas de ellas avaladas directamente por extrabajadores que empezaron a emerger de manera espontánea. Como si de un mundo opaco y paralelo se tratara, surgieron todo tipo de testimonios con identidades ocultas informado sobre las jornadas de trabajo maratonianas, las rígidas jerarquías, los contratos millonarios, la falta de transparencia o los comportamientos cuasi sectarios a los que se veían forzados para mantener su estatus en la firma.
Resulta evidente que ante la avalancha de testimonios y noticias que poblaban los telediarios y las tertulias televisivas, las grandes consultoras movieron ficha y establecieron un mayor control en los horarios y registros de horas de los empleados. No obstante el debate ya se había instalado en la sociedad, el foco del nuevo ejecutivo (apuntalado por varias reformas) continuaba apuntando sobre estas compañías y muchos empezaron a preguntarse por la legalidad de su modelo de trabajo. Y es precisamente aquí, cuando apuntamos a la viabilidad del modelo, donde debemos pararnos a pensar hasta qué punto tenemos conocimiento como para juzgar este tipo de negocio. Más allá de testimonios de propios y extraños, de las noticias de los telediarios, de los rumores y de las exuberantes torres que pueblan los distritos financieros de las grandes capitales, debemos poner en valor la gran incógnita: ¿qué son las Big Four?.
Big Four es el pseudónimo que se les da a las cuatro grandes firmas de auditoría y consultoría más importantes del mundo, tanto en volumen de negocio como en número de trabajadores. Se estima que entre las cuatro firmas (EY, PwC, KPMG y Deloitte) congregan en torno a un millón de empleados en todo el planeta, con un negocio incipiente que en el ejercicio fiscal de 2022 generó un 8% más de ingresos que el ejercicio anterior, con una facturación conjunta de aproximadamente 3000 millones de euros y controlando aproximadamente el 85% de las auditorías que se realizan en el mundo. Esto pone en relieve la importancia que tienen estas empresas en el contexto económico mundial, prestando servicios y asesorando a las compañías más importantes con auténticos expertos encabezando las líneas de trabajo que alimentan el negocio global.
El modelo de este tipo de compañías
Una Big Four es una empresa que presta servicios de asesoramiento especializado a otras compañías. Si bien es cierto que desde un punto de vista puramente funcional una Big Four es como una empresa al uso donde se ingresa un capital por unos servicios concretos, el punto diferencial es que control de la empresa no está en poder de los accionistas sino de los socios de la compañía. Esta diferencia radica en que son los propios socios los que aportan una cartera de clientes con los que es establecerán esos servicios a cambio de una prestación económica, teniendo como principal objetivo retener la fidelidad de esos clientes y aumentar el volumen de negocio hacia otras potenciales carteras.
Como toda empresa una Big Four presenta un modelo jerárquico piramidal. La base de esta pirámide está formada por los consultores junior, los cuales van adquiriendo experiencia y desarrollando ciertas cualidades que les permiten ir escalando en la pirámide con el objetivo de llegar a ser socios de la firma. A lo largo de ese proceso van tomando contacto con diferentes clientes (conociendo sus necesidades y las demandas del mercado), adquiriendo responsabilidades dentro del equipo de trabajo hasta llegar a gestionarlo por sí mismos, desarrollando habilidades comerciales a raíz de su conocimiento del mercado, e incluso llegando a ser un punto de referencia para los consultores más jóvenes que se van uniendo a la firma.
Es indudable que desde un punto de vista laboral una Big Four aporta una estructura de trabajo y una visión del mercado notablemente diferentes respecto a las que se adquieren en otro tipo de empresas. Es por ello por lo que los perfiles formados en estas firmas tienen un abanico de posibilidades profesionales mucho más amplio y son fuertemente demandados en el mercado.
