El presidente Putin está decidido ha llevar hasta las últimas consecuencias su política de enfrentamiento con occidente. AFP
Los servicios de inteligencia de algunos países occidentales han advertido a los gobiernos que Rusia se prepara para lanzar una gran ofensiva de operaciones híbridas contra los países que forman parte de la OTAN. En esta operación a gran escala, los espías rusos aumentarían su actividad y jugarían un papel central. De hecho, países de la Unión Europea han detectado un fuerte repunte de los espías rusos, concretamente Alemania.
Según recoge el Institute for the Study of War (ISW), “los servicios de inteligencia rusos tienen la intención de aumentar las actividades de sabotaje y otras operaciones híbridas contra los países miembros de la OTAN”.
Los servicios de inteligencia y seguridad de Noruega –el PST y el NIS– advirtieron que las amenazas de un sabotaje ruso contra la red de suministros de armamento noruego, así como otros eslabones de la industria militar noruega, han aumentado.
Según advirtieron en un informe, Rusia pretende erosionar o incluso interrumpir el envío de material militar noruego a Ucrania.
Sin embargo, la jefa de contrainteligencia del PST advirtió que no solo la cadena de suministros de armamento noruego está amenazada.
Inger Haugland aseguró contar con información de que agentes rusos entrenados en capacidades de sabotaje planean acciones contra bases navales noruegas y contra la industria del petróleo y del gas.
En Polonia, donde recientemente se realizaron varias detenciones de agentes de inteligencia rusos que ya habrían ejecutado operaciones de sabotaje en territorio polaco, el primer ministro Donald Tusk advirtió que la red desmantelada tenía ramificaciones internacionales.
Ciudadanos no rusos e inmigración
Además, para tratar de dificultar el seguimiento de sus redes de espionaje, el Kremlin está reclutando a ciudadanos no rusos para sus operaciones.
En la red desmantelada en Polonia, por ejemplo, los detenidos son ciudadanos de Ucrania, Bielorrusia y Polonia.
Además, los servicios de inteligencia rusos están empleando la inmigración irregular como arma de desestabilización de los países europeos.
Según Tusk, más del 90 % de los inmigrantes ilegales detenidos en la frontera polaca procedían de África y tenían visas rusas en sus pasaportes.