¿Hércules llegó a la India de la mano de Alejandro Magno o estaba ahí antes que él? No nos importa realmente, lo importante es viajar de nuevo, y lo haremos ahora junto a ambos al país del Indo. Alejandro, el monarca de vida fugaz pero de honda impronta en la historia de la humanidad, cambió para siempre el panorama del mundo antiguo al lanzarse hacia el oriente en pos de nuevos horizontes. Desde entonces se puede decir que el mundo no fue el mismo y que se fueron desencadenando diversas circunstancias que dieron lugar, entre otras muchas cosas, a los reinos helenísticos, al imperio romano, tal y como lo conocemos, y quizá también a la amalgama cultural de la que nace el cristianismo. En un recorrido imaginado por los viajes de Hércules no puede faltar el viaje en el que inspiró a Alejandro Magno hasta los confines del mundo conocido, las inmediaciones de la India. Es sabido que el monarca macedonio era un mitómano fundamentalmente del héroe homérico Aquiles, pero también de dos dioses muy especiales, Dionisio y Hércules, este último mortal antes que dios, en cuyo espejo se miraba siempre. Alejandro, que quería sobrepasar todos los límites humanos, imitaba a Hércules en llegar más allá de toda frontera. Y así consiguió sobrepasar las fronteras del mundo conocido cuando entró con sus tropas en la actual Afganistán, Pakistán y en la India. Hércules fue uno de los modelos del pothos o anhelo incesante de Alejandro de cruzar todos los límites y las fronteras del mundo: quiso plantar su altar en los extremos del mundo como si pudiera poner sus propios pilares de Hércules en el oriente. Podemos acompañar a Hércules a la India de la mano de Alejandro.
Uno de los autores helenísticos más importantes, el geógrafo y etnógrafo griego Megástenes, visitó la India seguramente en 302 a. C., después de la muerte de Alejandro. Él da cuenta de la interesante presencia de los mitos y dioses griegos en esas latitudes. Habla de las tradiciones sobre Dioniso, pero también de que algunos indios afirman que Hércules nació entre ellos y que no fue importado de Grecia, como los griegos decían. Los indios le ponían una maza y una piel de león: de hecho, una famosa estatua, el Hércules de Matura, datada en el siglo II de nuestra era en la ciudad del mismo nombre de la India, aparece así. El Heracles de Matura representa al héroe griego luchando contra el león de Nemea y fue descubierto a finales del siglo XIX por el militar británico Alexander Cunningham. Para muchos, Hércules se parece bastante a Krishna, uno de los avatares de Visnú, en sus incesantes hazañas que trascienden la humanidad. Parece que una tribu llamada Surasenos era especialmente devota de Hércules en una ciudad de nombre Metora, acaso la Matura citada, donde se descubre ese fantástico Hércules. Otras similaridades con personajes de la mitología india remiten a Baladeva o Balarama, el hermano mayor de Krishna, sobre todo los atributos de la maza y el león. Sin embargo, no hay una evidencia clara de una conexión con pueblos concretos, aunque otras fuentes como Quinto Curcio Rufo, en el siglo I (quizá bebiendo también de Megástenes) hablaban de la presencia de Heracles como estandarte de los guerreros indios. Este viaje a la India de la mano de Hércules abunda en las relaciones entre Grecia e India que han sido tan estudiadas en la modernidad (y pienso por ejemplo el fantástico libro de Richard Seaford, que es contrario a la posibilidad de que hubiera una relación estrecha antes de Alejandro). Las rutas pueden recorrer, sobre todo, las orillas del río Hidaspes y del Indo, siguiendo los pasos de Alejandro en pos de nuestro héroe Hércules, al que quería siempre imitar.
Hay un curioso mito que transmiten Plinio y Polieno sobre una reina llamada Pandea, que era la hija de Hércules nacida en la India, en su parte sur. Se dice que en ella reinó dando nombre a una tribu que era conocida en la antigüedad por ser la única gobernada por una mujer. Pandea también fue la única descendencia femenina de Hércules y es fama que reinó sobre 300 ciudades y mandó sobre un nutrido ejército con soldados y elefantes: así que también podemos llegar hasta el sur de la de la del subcontinente. Es curioso que las fuentes, y en concreto, los fragmentos de Megásttenes, hagan aparecer a Hércules como una divinidad indígena, con muchas mujeres y relacionado con una hija. Hay otras leyendas en torno a Hércules en Sri Lanka, que le hacen un pescador de perlas en el mar, para entregárselas a su hija-mujer. Nos quedamos con la intercambiabilidad del héroe en diversas latitudes y su figura modélica como aquel que cruza todo límite y frontera.