Actualmente la observación y el funcionamiento celestial suscita mucha curiosidad, pero esta inquietud y su influencia en el plano humano ya la tuvieron otras civilizaciones pasadas.
Las tramas del universo
Con frecuencia, se suele confundir la astronomía y la astrología. Sin embargo, en su etimología encontramos el elemento diferencial. Astronomía (aster, “estrella”, nómos, “ley”) hace referencia al análisis de los comportamientos de los cuerpos celestes como los planetas, estrellas, etc., mientras que la astrología (aster, “estrella”, lógos, “estudio”) trata de la interpretación de sus movimientos y posiciones como punto de reflexión del destino humano y de sus eventos venideros.
El horóscopo (hora, “hora” y skopeo, “examinar”) pertenecería a esta última práctica, la cual se desarrolló en la cultura babilónica y se incorporó en el mundo grecorromano gracias a la conquista de Alejandro Magno de Asia Menor. Pese a su carácter pseudocientífico, los babilonios emplearon procedimientos matemáticos para determinar la posición en el cielo de diversos cuerpos celestes y, a partir de ahí, extraer sus diferentes lecturas.
Así pues, dividieron el firmamento en doce partes iguales de treinta grados cada una, denominando cada sección según la constelación más destacada en esa área. Estas doce reparticiones son los signos zodiacales, cuyo término “zodiaco” proviene del griego zoon “animal”, puesto que la mayoría cuentan con nombres de animales.
Dime de qué signo eres y te explico su mitología
Empezamos por el signo de una servidora y del que estamos en temporada: Virgo (“muchacha”). El mito es el de Astrea o Diké (la diosa de la justicia), hija de Zeus y Temis. Abandonó la tierra en el momento en que los humanos se volvieron más perversos y pasó a vivir en el cielo siendo la constelación de Virgo.
Libra (“balanza”): es el objeto que lleva Astrea o Diké del anterior signo. Es el símbolo de la justicia.
Escorpio (scorpius, “escorpión”): es el animal que la diosa de la caza Artemisa envió contra el gigante cazador Orión para matarlo por su deseo de querer asesinar a todos los animales de la Tierra.
Sagitario (sagittarius, “arquero”): es el sátiro Croto, hijo del dios Pan y la ninfa Eufeme, representado como un centauro sosteniendo un arco.
Capricornio (capricornus, “cuernos de cabra”): es una cabra con cola de pez. Hay dos versiones: o bien representa a la ninfa Amaltea, que le ofreció a Zeus hierbas y frutas del cuerno de una cabra (el famoso cuerno de la abundancia), o alude al dios Pan que se tiró al río Nilo y se convirtió en pez su parte inferior.
Acuario (acuarius, “aguador”): es el joven Ganimedes del que Zeus se enamoró y que este mismo elevó al Olimpo para convertirlo en el copero de los dioses.
Piscis (pisces, “peces”): su símbolo es dos peces. La diosa Afrodita y su hijo Cupido huyeron del titán Tifón, arrojándose al río Éufrates en forma de peces.
Aries (“carnero”): es el carnero que sacrificó Frixo, yerno del rey Eetes, a Zeus y cuya lana dorada obsequia al rey.
Tauro (taurus, “toro”): puede ser o el toro de Creta del que se enamoró Pasífae y que luego dio a luz al famoso Minotauro o la forma que adoptó Zeus cuando raptó a la princesa fenicia Europa.
Géminis (gemini, “los gemelos”): son Cástor y Pólux, hijos de Zeus y Leda. Pólux era inmortal, pero su hermano Cástor no. Cuando Cástor murió, Pólux ofreció su inmortalidad por salvar a su hermano y, finalmente, Zeus los juntó en la constelación.
Cáncer (cancer, “cangrejo”): es el cangrejo gigante Carcinos que atacó a Hércules mientras luchaba contra la Hidra de Lerna (el segundo trabajo de los doce que la diosa Hera mandó a Hércules). Ambos murieron a manos del héroe.
Leo (“león”): es el episodio del león de Nemea, es decir, el primero de los doce trabajos de Hércules. El héroe consiguió matarlo, cuya piel usó como armadura.
