Una nueva, triste y vergonzosa escena se dio ayer en el marco del Clásico entre Real Madrid y Barcelona en el Santiago Bernabéu. Corrían 32 minutos de la segunda mitad cuando Lamine Yamal se acercó a una de las esquinas junto a Raphinha para ejecutar un córner y recibió insultos racistas por parte de la afición merengue. «Puto negro», «puto moro» y «vete al semáforo a vender pañuelos», fueron algunos de los nítidos agravios que se oyeron.
Real Madrid condenó enérgicamente las intolerables injurias a través de un comunicado y anunció que se investigará para encontrar a los autores: «El Real Madrid condena de manera rotunda cualquier tipo de comportamiento que implique racismo, xenofobia o violencia en el fútbol y en el deporte, y lamenta profundamente los insultos que unos pocos aficionados profirieron anoche en uno de los córners del estadio. El Real Madrid ha abierto una investigación a fin de localizar e identificar a los autores de estos lamentables y deleznables insultos, para poder adoptar las medidas disciplinarias y judiciales pertinentes».
La Liga, que desde hace tiempo viene llevando acciones para luchar contra el racismo, también se manifestó al respecto: «Ante los hechos ocurridos durante el transcurso del partido Real Madrid CF – FC Barcelona, en el que se observaron intolerables conductas racistas, LALIGA denunciará de forma inmediata los insultos y gestos racistas recibidos por los jugadores del FC Barcelona ante la Sección de Odio de la Brigada de Información de la Policía Nacional, informando de ello al Excmo. Fiscal de Sala Coordinador de la Unidad de Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalía General del Estado. LALIGA condena enérgicamente estos hechos sucedidos en la Santiago Bernabéu y continúa firme en su compromiso de erradicar cualquier tipo de conducta racista y odio dentro y fuera de los estadios. En el deporte no hay lugar para esta lacra».
Posible sanción
Si se toma en cuenta un antecedente cercano como el que fue el de Vinicius en Mestalla en mayo de 2023, al Real Madrid y a los agresores les espera una fuerte condena. En aquella ocasión, el Comité de Competición clausuró parcialmente la grada inferior del estadio del Valencia durante cinco partidos, que luego fueron reducidos a tres.
A los tres aficionados que fueron identificados se los castigó con ocho meses de cárcel, además de ser expulsados de por vida del club.