En la misma tierra batida en la que uno construyó su leyenda y otro ya se alzó con uno de sus cuatro Grand Slams con tan solo 21 años, Rafael Nadal y Carlos Alcaraz comenzaron de la mejor manera posible el torneo olímpico de dobles venciendo a la pareja argentina conformada por Máximo González y Andrés Molteni por 7-6 (4), 6-4 en una hora y cuarenta minutos de juego.
Ante una expectativa inédita para esta disciplina que llevó a 15.000 personas a colmar el Philippe Chatrier y apoyar a los españoles como si se estuviera jugando en Madrid, Nadal fue quien llevó el peso de un partido que comenzó adverso por el rápido quiebre argentino, pero que rápidamente fue contrarrestado. Alcaraz, tras su triunfo en singles ante Hady Habib, arrancó un tanto impreciso y más errático que lo habitual. Algo lógico si se tiene en cuenta que a su lado estaba el ídolo de su carrera.
Con el correr de los games, Alcaraz fue tomando confianza y levantando su nivel hasta que el triunfo español se hizo inevitable. La pareja ahora espera por el ganador del encuentro entre los neerlandeses Tallon Griekspoor y Wesley Koolhof y los húngaros Marton Fucsovics y Fabian Marozsan. Sean quienes sean, el partido tendrá lugar el próximo lunes.
Tras el partido, Alcaraz compartió sus sensaciones: «No estoy acostumbrado a jugar en dobles, no lo hacía desde 2022, y he sentido nervios. Pero ha sido un placer poder jugar con Rafa en esta pista. Ha sido una emoción, un momento único para mí».
«Ha habido nervios al comienzo, ha habido un rato en el que no me entraba un resto, pero al final hemos mejorado. Lo importante para nosotros era empezar bien», aseguró Nadal.
Rafa se pone en duda
Su debut en primera ronda está previsto para este domingo a las 14.00 Hs, pero tras la victoria junto a Alcaraz, el mallorquín sembró las dudas sobre su presencia en el torneo de individuales: «No sé qué haré. Esta noche hablaré con el equipo y tomaremos la decisión más adecuada pensando en traer medallas a España. No siempre más es más, a veces más es menos. Pero con eso no estoy diciendo que no vaya a jugar».