El 6 de noviembre de 2021, hace exactamente tres años, se estrenó la serie Arcane, una producción cuya magnitud y calidad nadie podría haber anticipado, y que terminó marcando un hito en múltiples aspectos que exploraremos a continuación.
Antes de abordar esto, es fundamental contar cómo surgió una serie como Arcane y de dónde proviene. El 27 de octubre de 2009 se lanzó el videojuego League of Legends, que con el tiempo se consolidó como uno de los títulos más icónicos de la historia. Es uno de los juegos con mayor facturación gracias a su contenido y el esport posiblemente más popular de la actualidad, capaz de llenar estadios con competiciones y jugadores profesionales dedicados exclusivamente a competir en él.
El éxito de este videojuego radica en su jugabilidad y en las múltiples posibilidades que ofrecen sus personajes, cada uno con habilidades únicas. Esto permite formar equipos de 5 contra 5 en un mapa cerrado, donde la estrategia y el uso efectivo de los personajes son claves para ganar. A lo largo de los años, el universo del juego se ha expandido con la incorporación de nuevos personajes, historias, mundos y reinos. Esta riqueza narrativa y visual lo ha convertido en un fenómeno tan grande que, con solo ver la silueta de un personaje, muchos pueden reconocerlo de inmediato. Este éxito también se debe a un marketing impecable y a la constante evolución del juego liderada por Riot Games.
La misma empresa se encargó de producir tráilers y cortos promocionales en YouTube para dar a conocer nuevos personajes y contenido del juego. Estos cortos, de una calidad de animación excepcional, lograron millones de visualizaciones, impresionando tanto a los fans como a quienes no jugaban al videojuego, que se emocionaban por la espectacularidad de las secuencias.
Todo esto es relevante porque, como mencioné al inicio, Arcane no surge de la nada. Es una adaptación del vasto universo de League of Legends, que lleva cosechando éxitos desde 2009. Riot Games, además, amplió su catálogo con otros videojuegos exitosos, pero eso es otra historia. Durante años, se rumoreó sobre la posibilidad de una serie o incluso películas basadas en este universo, hasta que finalmente se hizo realidad.
Arcane se lanzó en noviembre de 2021 tras cuatro años de desarrollo, un período considerable, y se posicionó como una de las series mejor valoradas del año. En las plataformas más reconocidas de cine, alcanzó la puntuación más alta para una serie de animación en la historia. Además, obtuvo 9 premios Annie, considerados los Óscars de la animación, convirtiéndose en la serie más premiada en esa categoría. También ganó 4 Emmys, entre ellos el de mejor producción de animación, y la crítica del público la calificó prácticamente con notas perfectas. Fue un éxito sin precedentes que hizo historia en el género de la animación.
Tras el anuncio de su segunda temporada, Riot Games dejó claro que tardaría varios años debido a la complejidad de la animación. Posteriormente, se confirmó que esta sería la temporada final para cerrar la historia que querían contar. Finalmente, en noviembre de 2024, la segunda temporada de Arcane se estrenó en Netflix, la plataforma que distribuye la serie. Con la historia ya concluida, surge una gran pregunta: ¿mantiene el nivel de la temporada anterior? ¿Es un final digno de las enormes expectativas que había generado?
Una espera de tres años para la posteridad
Pocas veces me veréis expresarme de esta forma, pero estoy sin palabras tras terminar Arcane y presenciar su final de última temporada, un acto que marcará la historia no solo de la animación, sino de las series y los productos cinematográficos en general. Sin embargo, esto es solo el comienzo de algo más grande. Aunque finaliza la historia propuesta en Arcane, los creadores han confirmado que llegarán más productos del universo, ya que el lore y las infinitas posibilidades que aún faltan por explorar son abrumadoras. Estamos hablando de uno de los universos más vastos y ricos en personajes y posibilidades que existen en la actualidad. Si juntarais todos los universos de fantasía que imaginéis en uno solo, podríais pensar que exagero, pero os aseguro que no. Hasta agobia pensar en todo lo que podrían llegar a desarrollar. Iremos viendo qué anuncian, pero que este universo continuará es una realidad.
Contar de qué va Arcane es fácil y complicado a la vez, permitidme explicarlo. Es un universo de fantasía que combina magia, hechizos, habilidades, ciencia, y una diversidad de clases sociales. Además, destaca por sus numerosas regiones, cada una con facciones distintas, costumbres, culturas, estilos artísticos, climas, y un largo etcétera. A esto se suman razas de todo tipo: desde humanos y gatos antropomorfos hasta enanos, duendes, criaturas, monstruos, elfos, e incluso seres celestiales. Si siguiera enumerando, jamás terminaría. Esta riqueza y diversidad son la esencia de este universo, ofreciendo posibilidades infinitas. Todo está detalladamente explicado, y cada situación, personaje y reino tiene su historia única que contar.
En el caso de la serie, la trama se centra en Piltover, una ciudad próspera y de clase alta, y Zaun, una región marginal y empobrecida donde las personas enfrentan problemas de salud y precariedad. Esta dualidad sirve como escenario para conocer a los personajes, especialmente a las protagonistas, Jinx y Vi, dos hermanas nacidas en la parte más desfavorecida. A lo largo de 18 episodios, somos testigos de sus vidas complejas y dramáticas, con situaciones que mantienen al espectador en vilo, atrapando su corazón hasta el final.
La calidad en todos los apartados de Arcane es, sin exagerar, sobresaliente. Su narrativa es increíble, profundizando en los personajes de manera magistral y sin necesidad de explicaciones redundantes. Incluso los personajes secundarios son importantes y están trabajados con detalle. Los planos y la dirección son espectaculares; la banda sonora es impresionante, enriquecida con temas musicales de artistas y grupos reconocidos, que no solo acompañan las escenas, sino que son parte del clímax narrativo. Las canciones reflejan situaciones y secuencias de la serie, aportando un montaje soberbio.
Los efectos de sonido son impactantes, y el diseño artístico, heredado del videojuego, es tan impecable que te sientes inmerso en ese mundo en cada segundo. Como colofón, la animación a cargo de Fortiche, un estudio francés, es la mejor lograda en la historia de las series animadas. Esta calidad justifica los tres años que llevó desarrollar cada temporada, pero cada segundo ha valido la pena.
Si tuviera que mencionar algo negativo, quizá la segunda temporada se sintió un poco apresurada, y un episodio adicional podría haberle venido bien. Además, al manejar una fantasía tan extensa, algunos elementos aún no están completamente explicados o comprendidos. A pesar de esto, Arcane representa el comienzo de algo sin precedentes. Es una obra maestra que ya ha hecho historia y seguirá haciéndola.
Arcane es mucho más que una serie; es el inicio de un largo camino en un universo que todavía tiene mucho que ofrecer.