¿Cómo se alcanza el éxito?
Bueno, depende de lo que entiendas también por el éxito. Para mi éxito es vivir de mi curro, en una profesión tan inestable como esta ya es un éxito grande. Éxito para mí sería vivir como a ti te apetece y trasladado a mi trabajo, pues de poder vivir en este caso, de hacer de tu hobby, tu curro, tu trabajo, en este caso lo he conseguido.
Compartes series con muchísimos actores, ¿ha habido algún beef con alguno de ellos?
No, la verdad es que te voy a dar muy poco contenido de salseo. Me suelo llevar bastante bien con todo el mundo. Es verdad que un rodaje son muchos meses y siempre tienes más afinidad con unos o con otros, pero nunca he tenido un mal rollo de «uf, qué persona…». Y si ha habido alguien que no me ha caído muy bien, he tenido la suerte de que no me ha tocado rodar mucho con esa persona.
¿De todos los proyectos en los que has estado, con cuál te quedas?
Es verdad que de todas te llevas mucho aprendizaje, en todas las series también acabas llevándote a algún colega, pero para mí Néboa siempre será especial. Yo creo que fue el primer proyecto que hice después de hacer series en la televisión de Galicia, esa fue como la primera serie a nivel nacional, con un personaje importante, un personaje que siempre quise interpretar.
Me quedo con todo lo que he hecho. Le tengo mucho cariño, pero Néboa sigue ocupando un lugar muy especial.
¿Cómo empezaste como actor y cómo se lo ha tomado tu familia?
No hubo un momento donde yo dijera «quiero ser actor». O sea, desde pequeño era lo único que me interesaba y está todo el día viendo cine y series. También culpa de mi hermana, que me lleva ocho añitos, entonces todo lo que veía ella, yo lo veía también; y era muy friki de ver los making off, de cómo se hacían las series.
Yo no era el típico niño de «quiero ser actor para ser esa persona». Yo sabía que todo era mentira, que era una profesión y me parecía maravilloso poder interpretar a personas absolutamente distintas, con un mismo cuerpo, con una misma cara, darle a cada persona una voz, un sí, una gestualidad, una vida distinta. Y bueno, siempre fue lo que más me interesó de manera natural.
De repente llegan los 18 años y hay que tomar decisiones, tienes que volverte adulto. Tuve como un momento de decir «esto es imposible, voy a estudiar una carrera» y empecé Filología Inglesa, que no sé en qué momento decidí que iba a hacer eso, pero nada, aguanté un año y medio porque me vine a Madrid, me metí a una escuela interpretación, me salieron mis dos primeros curros en la tele y dije «mamá, papá dejó la carrera».
¿Y qué? ¿Te echaron de casa, te cortaron el grifo? Eso es muy típico.
No, pero les costó bastante aceptarlo. Aunque es verdad que siempre me apoyaron, a nivel moral y económico era como que me daban mucho la turra con que plan B y que este mundo es muy difícil.
Yo vengo de un pueblo de 5000 habitantes, un mundo muy inaccesible allí, pero a la vez siempre me apoyaban mucho y yo que sé que tengo compañeros que llevan diez años currando de camareros para pagarse sus escuelas y sus cosas, y yo en ese aspecto tuve la suerte de que pude focalizarme mucho en lo que quería por tener también ese respaldo antes de empezar a currar.
Los inicios también son difíciles, de repente hacerte un hueco de la nada, llegando desde tu pueblo como el que venía de Soria, de Cuenca o de Celanova, mi pueblo en Galicia. De repente sientes que es un mundo enorme en el que tú no tienes ningún tipo de hueco, ni, en mi caso, de padrinos, ni nada parecido.
¿Quién te dio la primera oportunidad?
La primera, primera, si me remonto a mis inicios en mi tierra, que siempre me trae suerte, en Televisión de Galicia. Eran dos frases en una serie que se llamaba Serra Moura, una serie muy mítica de allí. Con un par de frasecitas que ya me creía George Clooney… La verdad que mi tierra ha sido un lugar que me ha traído mucha suerte.
¿Cuántas veces te has enamorado en la vida en general? ¿Crees en el amor a primera vista?
Te puedo hablar de muchas tonterías de adolescente de los primeros años en Madrid, pero amor, como lo que yo entiendo, que es más adulto y más vivido de una manera real dos veces. ¿No está mal, no? Enamorarte yo creo que está más reservado a veces puntuales. Una de esas dos veces que me he enamorado ha sido a primera vista. Yo no creía mucho en ese término, me parecía muy pastel de película de por la tarde, pero sí, ahora creo en él porque me ha pasado, aunque no creo que pase muy a menudo.
¿Tienes plantas?
No me gustan mucho las plantas en el interior, o sea, me encanta el mundo jardín, las plantas de exterior, pero me agobia mucho si el espacio es pequeño.
¿Qué estás haciendo ahora mismo? ¿Quieres hacer un poco de promoción?
Aparte de algunos proyectos de audiovisual que están en camino y aún no puedo contar, me gustaría a invitar a todo el mundo a los teatros de España porque estoy de gira con una función que se llama Donde mueren las palabras… Te iba a decir fechas, pero no me acuerdo de ninguna.
¿De dónde viene el nombre Nacho Nugo?
No es mi apellido. Esto es muy de diva, cambiarte el apellido, como Pastora Soler. Pero lo que me pasaba es que al principio, en los primeros trabajos, en los créditos, unos me ponían Nacho Núñez, otros Nacho González; entonces acabé haciendo un mix de Nacho Núñez González, Nacho Nugo, es con lo que trabajo ahora.
¿Tienes en mente algún sueño ideal?
Pues yo creo que mi sueño, como el de todo el mundo, es recoger un Goya. Es verdad que cuando vas conociendo tu profesión, ves lo difícil que es y al final creo que el porcentaje está en un 7% de actores que vivimos de esto, es que es para echarte a temblar. Entonces, cuando vas viendo cómo va la movida, ya más que soñar con un Goya, sueñas con seguir trabajando y ya. La meta va más por ahí, por trabajar y pagar tus facturas y vivir de lo que quieres, que por la parte glamurosa de Goyas y demás, que está muy bien, pero es un más quimérico.
Para finalizar, ¿algún consejo que quieras dar a todos los jóvenes que quieren ser actores?
Bueno, yo todavía estoy para que me den consejos. A mí esto de dar consejos siempre me pone un poco nervioso porque digo «qué le voy a decir yo a cualquiera», pero no sé, si alguien me preguntase le diría que la ilusión, que suena a tópico, es lo más importante porque hay momentos donde de repente todo es difícil o no se abren todas las puertas que te gustaría. La ilusión es el motor más grande junto con la constancia.
La entrevista completa en YouTube.
