Irina Farion, exdiputada del ultranacionalista partido Svoboda, falleció el pasado viernes a última hora en la ciudad de Leópolis, en el oeste de Ucrania. La exdiputada, de 60 años de edad y lingüista de profesión, fue asesinada de un disparo en la cabeza, perpetrado por un individuo no identificado que sigue a la fuga. Farion fue conocida por sus inflamatorios discursos contra el idioma ruso y su fuerte postura ultranacionalista durante su mandato como diputada entre 2012 y 2024.
El ataque ocurrió alrededor de las 19:30 horas cuando Farion paseaba por una calle en Leópolis. Un hombre, descrito como de entre 20 y 25 años, se acercó a la exdiputada y le disparó a quemarropa. Los servicios de emergencia acudieron rápidamente al lugar y trasladaron a Farion al hospital en estado crítico. A pesar de los esfuerzos médicos, Farion sucumbió a sus heridas poco después.
El gobernador de la región de Leópolis, Maksim Kozitski, confirmó la muerte de Farion a través de su cuenta de Telegram. Por su parte, el ministro del Interior, Ihor Klimenko, anunció el inicio de una operación para capturar al responsable, describiendo el incidente como un “asesinato planificado”. Klimenko declaró en una rueda de prensa, recogida por el diario ucraniano ‘Pravda’, que las principales líneas de investigación se centran en las actividades públicas y políticas de Farion, así como en posibles animosidades personales.
El partido Svoboda ha culpado directamente a los servicios de inteligencia rusos por el asesinato de Farion, aunque hasta el momento, las autoridades rusas no han emitido ninguna declaración oficial al respecto.
Irina Farion fue una figura controvertida en la política ucraniana. Sus discursos frecuentemente atacaban el uso del idioma ruso, lo que generaba fuertes críticas y animosidad. A finales del año pasado, Farion fue el centro de una controversia cuando declaró que no podía considerar compatriotas a los militares ucranianos que hablaban ruso. Además, divulgó un mensaje privado enviado por un estudiante proucraniano en Crimea, bajo ocupación rusa, lo que llevó a que el estudiante fuera interrogado por las autoridades de Moscú.
Su muerte podría exacerbar las tensiones entre los sectores ultranacionalistas y prorusos en Ucrania, así como entre Ucrania y Rusia. La investigación en curso y las respuestas de ambos países serán cruciales para entender las motivaciones detrás de este asesinato y las posibles repercusiones a nivel nacional e internacional.