Estados Unidos ha autorizado «en secreto» la transferencia de miles de millones de dólares en bombas y aviones de combate a Israel, según un informe del Washington Post. Esta decisión se produce a pesar de las preocupaciones expresadas públicamente por Washington sobre una posible ofensiva militar israelí en Rafah.
El equipo militar autorizado incluye más de 1800 bombas MK84 de 2000 libras y 500 bombas MK82 de 500 libras, según han indicado funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado.
Este paquete se suma al aprobado la semana pasada por valor de 2500 millones de dólares, que incluía la entrega de motores y 25 cazas F-35A, conforme a una propuesta aprobada por el Congreso en 2008. Las bombas MK84 han sido directamente relacionadas con algunos de los incidentes más graves de víctimas civiles durante la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza.
De hecho, estas bombas, que pueden destruir un edificio entero y dejar cráteres de más de doce metros de diámetro y profundidad, ya no son utilizadas por los ejércitos occidentales en zonas densamente pobladas debido al alto riesgo de víctimas civiles. Sin embargo, Israel las ha empleado profusamente en la Franja de Gaza, lo que ha provocado críticas internacionales por el elevado número de víctimas civiles.
Discrepancias entre Israel y Estados Unidos
La decisión de transferir este equipo militar se produce después de una visita a Washington del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante la cual discutió las necesidades de armas de Israel con sus homólogos estadounidenses. Sin embargo, también ha habido discrepancias entre Israel y Estados Unidos esta semana, especialmente después de que Estados Unidos se abstuviera en el Consejo de Seguridad de la ONU en una votación sobre un alto el fuego en la Franja de Gaza.
Internamente, algunos miembros del partido del presidente Joe Biden han pedido recortes en la ayuda militar estadounidense a Israel. Grupos árabes estadounidenses también han criticado el firme apoyo de la administración Biden a Israel, argumentando que esto proporciona una sensación de impunidad al gobierno israelí.
A pesar de las críticas y las tensiones internas y externas, Joe Biden ha prometido seguir apoyando a Israel, aunque haya expresado su preocupación por el conflicto en Gaza y por el dolor que sienten muchos árabes estadounidenses por la situación en la región. Esta decisión refleja una posición delicada para la administración Biden, que busca mantener una relación sólida con Israel mientras aborda las preocupaciones internacionales sobre el conflicto en curso.
