Imagen: El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y su esposa Stella Assange en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON
El Consejo de Europa ha reconocido este miércoles a Julian Assange como preso político, en una resolución aprobada por una holgada mayoría en la Asamblea Parlamentaria de la institución con sede en Estrasburgo. En la misma decisión, el organismo insta a Estados Unidos a que reforme la ley de espionaje por la que procesó al fundados de WikiLeaks. De hecho, los diputados consideran que se hizo un “incorrecto uso” de esa norma de 1917 en el caso Assange causando “un efecto disuasorio peligroso, disuadiendo a editores, periodistas y denunciantes de informar sobre la mala conducta gubernamental”.
El texto ha salido adelante con 88 votos a favor, 13 en contra y 20 abstenciones, entre las que se encuentran los diputados del PP de Alberto Núñez Feijóo (otros miembros de su familia política han secundado la declaración).
“La Asamblea considera que los cargos desproporcionadamente graves presentados por los Estados Unidos de América contra Julian Assange en virtud de la Ley de Espionaje, que lo exponen a un riesgo de cadena perpetua de facto, combinados con su condena y sentencia en virtud de la Ley de Espionaje (…) justifican la designación del Sr. Assange como preso político”, señala el texto.
El australiano, de 53 años, recuperó la libertad de la que estuvo privado durante más de una década el pasado junio, tras llegar a un acuerdo judicial con Washington por el que aceptada una condena de cinco años. Una pena que la justicia estadounidense dio por cumplida con su estancia en una prisión británica de máxima seguridad desde que fue sacado en 2019 de la Embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo refugiado otros siete años.
Como recordó el martes Assange en Estrasburgo, en su primera comparecencia pública desde que llegó como “hombre libre” a Australia, el pago fue declararse culpable “de hacer periodismo”, un extremo que, según la resolución ahora validada del Consejo de Europa, ha tenido un “efecto disuasorio” en materia de derechos humanos y libertad de prensa que va mucho más allá del caso del líder de la plataforma de filtraciones.
El fundador de WikiLeaks, que siguió el debate de la resolución desde la tribuna de invitados, celebró la aprobación del texto con su habitual saludo levantando el puño antes de salir del hemiciclo acompañado de sus abogados y de su esposa, Stella Assange.
“Culpable de hacer periodismo”
Assange compareció ante los diputados este martes y relató su batalla legal y personal durante los últimos 14 años hasta que llegó a un acuerdo con la justicia estadounidense. “No soy libre porque el sistema haya funcionado, sino por declararme culpable de hacer periodismo. Me declaré culpable de buscar información de una fuente”, afirmó el fundador de WikiLeaks, que admitió que ahora tiene que “readaptarse” a la vida en libertad.
“Espero que mi testimonio de hoy sirva para poner de relieve los puntos débiles de las salvaguardias existentes y ayudar a aquellos cuyos casos son menos visibles, pero que son igual de vulnerables”, defendió durante su intervención.