Las milicias islamistas radicales, lideradas por los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham , han tomado el control de Hama, la cuarta ciudad más poblada del país. Este nuevo repliegue del Ejército sirio deja a los rebeldes a poco más de 40 kilómetros de Homs, una ciudad clave para las comunicaciones hacia Damasco.
El HTS, surgido del antiguo Frente Al Nusra y con raíces en Al Qaeda, ha recibido apoyo tácito de Turquía en su ofensiva. La captura de Hama representa un golpe estratégico contra el régimen de Bachar al Assad, que había mantenido la ciudad bajo control durante toda la guerra civil iniciada en 2011.
Ejército bajo presión
El Ministerio de Defensa sirio confirmó la retirada de sus tropas de Hama, justificándola como resultado de “feroces batallas” contra “organizaciones terroristas” que lograron romper las líneas defensivas en varios puntos. A pesar de los intensos bombardeos de la aviación siria y rusa sobre posiciones rebeldes, los insurgentes avanzaron con eficacia. El comunicado también enfatizó el compromiso de las Fuerzas Armadas de continuar con su “deber nacional” para recuperar las zonas ocupadas, admitiendo un incremento significativo de bajas entre sus filas. Desde el lado rebelde, Abú Mohamed al Golani, líder del HTS, celebró la entrada en Hama como un paso decisivo para “limpiar la herida que existe en Siria desde hace 40 años”. Los insurgentes también informaron de la liberación de “cientos” de prisioneros y la destrucción de la 25º División del Ejército, vinculada a Suhail al Hasán, un militar acusado de abusos y torturas.
La caída de Hama ha encendido las alarmas en Damasco. La proximidad de los insurgentes a Homs, la tercera ciudad más grande de Siria y un punto crítico en las rutas hacia la capital, representa una amenaza directa al corazón del régimen de Al Assad. Durante la guerra civil, Homs fue un bastión de resistencia que cayó tras duros enfrentamientos. Su control es vital para la seguridad del corredor que conecta a Damasco con las provincias del oeste y la costa mediterránea. La posibilidad de que los rebeldes logren llegar a esta ciudad podría significar un cambio drástico en el equilibrio de poder.
La ofensiva del HTS también destaca por el respaldo indirecto de Turquía, que busca consolidar su influencia en el norte de Siria. Mientras tanto, Rusia, aliado clave de Al Assad, ha intensificado su apoyo aéreo, aunque sin lograr frenar el avance rebelde. La situación también pone en relieve la división territorial de Siria. El régimen controla entre el 65% y 70% del territorio, mientras que las zonas restantes están divididas entre los rebeldes islamistas y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), respaldadas por Estados Unidos y dominadas por milicias kurdas.
Desde el Líbano, donde se mantiene una tregua frágil, Hizbulá reafirmó su apoyo al régimen sirio. Naim Qassem, nuevo secretario general de la milicia tras el asesinato de Hassan Nasrallah, aseguró que sus fuerzas están listas para respaldar a Al Assad.