Las autoridades gubernamentales de Moscú añaden a la larga lista de organizaciones «extremistas» del país a 54 grupos indígenas y la Fundación Rusia Libre, la cuál tiene su sede en Estados Unidos. El Ministerio de Justicia de Rusia calificó a las 55 organizaciones aparentemente no relacionadas como «divisiones estructurales» del vagamente definido «Movimiento Separatista Antirruso», que la Corte Suprema de Rusia prohibió como una organización «extremista» el mes pasado.
Un pretexto para juzgar a quienes se oponen a la narrativa del oficialismo de Putin
Grupos de derechos humanos afirman que las autoridades podrían usar la designación como pretexto para el enjuiciamiento penal de activistas contra la guerra, anticoloniales o de derechos indígenas. La nueva lista de 55 grupos «extremistas» incluye a las fundaciones Asiáticos de Rusia y Buriatia Libre, el movimiento Ingria Libre, la comunidad de la Asociación Pacifista de Sajá y el Congreso Mundial Checheno.
En la lista, el Ministerio de Justicia describió al «Movimiento Separatista Antirruso» como un intento de «destruir la unidad multinacional y la integridad territorial» del país. La designación de «extremista» significa que cualquier persona condenada por asociación con la organización vagamente definida podría ser encarcelada hasta por seis años.
«No puedo decir que esto haya sido una sorpresa«, dijo Alexandra Garmazhapova, directora de la Fundación Buriatia Libre. «Cuando el Tribunal Supremo declaró extremista al inexistente ‘Movimiento Separatista Antirruso’, dije que esta decisión se tomó contra los movimientos étnicos contra la guerra, y lo más probable es que fuéramos los primeros [en ser atacados]», dijo Garmazhapova al medio independiente The Moscow Times.
Cualquier mera discrepancia se paga con la prisión
Garmazhapova dijo que la decisión tendría poco efecto en el trabajo diario de la fundación, que las autoridades rusas etiquetaron anteriormente como un «agente extranjero» y una organización «indeseable». «Ya reestructuramos nuestro trabajo después de que fuimos designados como una organización ‘indeseable'», explicó. «Es un estado muy tóxico y por muy valientes que intentemos parecer, es difícil… [porque] la gente tiene miedo de hablar con nosotros».
«En cuanto a mí personalmente, simplemente seguiré recopilando casos criminales, que sin duda serán desestimados tan pronto como todo el régimen criminal se derrumbe», dijo Garmazhapova, quien fue sentenciada a siete años de prisión en ausencia por difundir «falsificaciones de guerra» el año pasado.
Calificaciones masivas de extremismo y agentes extranjeros
Pero algunas organizaciones dicen que ser incluidos en la lista los tomó por sorpresa. «Antes no teníamos ni un ‘agente extranjero’ ni una designación ‘indeseable’, y ahora de repente nos etiquetan como extremistas», dijo un activista del Movimiento Sakha Independiente a The Moscow Times bajo condición de anonimato.
«Tomamos todas las precauciones para evitar ser etiquetados como agentes extranjeros: mantuvimos un perfil bajo y no dimos ninguna entrevista. Somos una página pública muy pequeña con apenas mil seguidores; ¿Realmente [el Kremlin] nos ve como una amenaza?»
También entre las organizaciones atacadas el viernes se encuentra la Fundación Rusia Libre, que describió la designación de «extremista» como «parte de un patrón más amplio de represión contra voces y organizaciones independientes que desafían la narrativa del régimen de Putin».
«Esta designación es un claro intento de intimidar y silenciar a quienes defienden los valores democráticos y los derechos humanos en Rusia», ha manifestado la organización en un comunicado. «Sin embargo, FRF sigue comprometida con su misión de apoyar al pueblo ruso en su búsqueda de una sociedad libre y democrática».
La Fundación Rusia Libre, que también fue etiquetada anteriormente como una organización «indeseable», prometió «buscar todas las vías legales para responder a la designación ‘extremista'». «Trabajaremos para desafiar este estatus y garantizar que se respeten los derechos de todas las personas y organizaciones que abogan por los valores democráticos», dijo.
