Imagen: Estado Islámico-Euronews
La operación antiterrorista hispano-marroquí que tuvo lugar hace unos días, ha permitido a la Policía Nacional y a la DGST del país vecino que los arrestados tenían planes concretos para atentar contra la población occidental y a la comunidad judía. Igualmente, los agentes detectaron manifestaciones que mostraban su intención de desplazarse a zonas de combate en el continente africano, controladas por yihadistas.
El Sahel se ha convertido, como Afganistán, en un objetivo prioritario para el Estado Islámico como escenario de reclutamiento de “soldados”, con la aspiración de refundar un “califato» como el que tenían en Irak y Siria. Los agentes españoles detuvieron a seis personas (Ceuta, Ibiza y Madrid), por su presunta participación en los delitos de enaltecimiento, autoadoctrinamiento y adoctrinamiento terrorista. De forma paralela, los de la Direction Générale de la Surveillance du Territoire (DGST) marroquí arrestaron en la localidad de Castillejos a otros tres individuos. Consumían publicidad de canales del Estado Islámico, con contenidos enormemente violentos.
La colaboración con la DGST ha resultado clave para el éxito de esta operación, permitiendo desmantelar una estructura que operaba en el eje Ceuta-Castillejos, y de la que formaban parte individuos muy radicalizados y con voluntad de realizar acciones terroristas. En el día de ayer, los seis detenidos en España pasaron a disposición de la Audiencia Nacional, quien decretó el ingreso en prisión de todos ellos.
La célula estaba dividida entre tres miembros que trabajaban en las ciudades de Tetuán y Castillejos, en Marruecos, mientras que los otros seis miembros fueron arrestados en Madrid, Ibiza y Ceuta. En los registros en las casas de los sospechosos, los agentes pudieron incautar armas blancas y equipos electrónicos que analizan los expertos de ambos cuerpos.
Los terroristas pretendían unirse a las filiales de la organización en el Sahel
Las investigaciones revelaron que algunos de los arrestados mantuvieron reuniones secretas en Ceuta y Tetuán, con el objetivo de planificar posibles actos terroristas dentro de los países o prepararse para unirse a las filiales de la organización en la región del Sahel.
La operación se produjo en un contexto de creciente preocupación por el terrorismo yihadista en España y sus territorios. El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, en su Balance del terrorismo en España 2023, reveló que el 23% de los 78 detenidos participaban en propaganda o exaltación del yihadismo. Otros estaban involucrados en la financiación de grupos yihadistas, el reclutamiento y la preparación de atentados, esta última actividad representando un 23% de los arrestos.