Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, muchos estadounidenses ya tienen claro su voto. Para algunos, la economía será el factor determinante; para otros, la regulación del aborto. Sin embargo, temas como el apoyo a la causa palestina o el rechazo a la política exterior de Estados Unidos respecto a Israel probablemente influyan menos en la decisión de la mayoría.
No obstante, hay dos factores que podrían cambiar este panorama: la competencia entre Kamala Harris y Donald Trump es muy reñida y se definirá por escasos votos en siete estados clave, y uno de esos estados, Míchigan, tiene una importante población árabe y musulmana que podría inclinar la balanza.
Míchigan, un campo de batalla clave
Kamala Harris enfrenta un reto considerable en este escenario, mientras que Trump ve una oportunidad. Osama Siblani, activista palestino y editor de Arab American News, el periódico árabe más grande del país, lo dejó claro en una entrevista desde Dearborn, la primera ciudad con mayoría árabe en Estados Unidos: «Vamos a tumbar a Joe Biden«. La frustración entre los votantes árabes de Míchigan es palpable, debido a la falta de presión por parte del gobierno para lograr un alto el fuego en Gaza, así como por el continuo apoyo militar y económico a Israel.
Encuestas preocupantes para Harris
Una reciente encuesta realizada por el Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR) pinta un panorama complicado para Harris. El 40% de los votantes musulmanes de Míchigan se inclina por Jill Stein, candidata del Partido Verde, que tiene pocas posibilidades de ganar, pero que podría desviar votos cruciales de la vicepresidenta. Aún más preocupante es que Donald Trump se posiciona como la segunda opción favorita con un 18% de apoyo, superando a Harris, que solo cuenta con el 12%.
El riesgo de los terceros partidos
La situación recuerda a las elecciones de 2016, cuando un alto porcentaje de votos a candidatos de terceros partidos perjudicó significativamente a los demócratas. Hillary Clinton perdió Míchigan ante Trump por poco más de 10.000 votos. Esta vez, los demócratas enfrentan un escenario similar, especialmente entre los votantes árabes y musulmanes, quienes en 2020 apoyaron al partido con un 80%, pero ahora parecen alejados. El censo muestra que hay más de 150.000 votantes de esta comunidad en Míchigan, y la encuesta de CAIR sugiere que la pérdida podría ser de decenas de miles de votos en noviembre.
Otro golpe para Harris ha sido la negativa del movimiento «Uncommitted» a respaldarla. Este grupo promovió un voto de castigo en las primarias demócratas, logrando 100.000 votos en Míchigan, y ha decidido no apoyar a la vicepresidenta en las elecciones generales. Esta postura se debe en parte a la negativa de Harris a reunirse con familiares de víctimas palestinas en Gaza.
Trump y el voto propalestino: una paradoja
Paradójicamente, el mayor beneficiado de este voto propalestino podría ser Donald Trump. Durante su mandato, el expresidente implementó políticas que muchos considerarían contrarias a los intereses árabes, como el veto migratorio a varios países musulmanes y el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén. Aun así, su mensaje de que bajo su administración no habría habido guerra en Gaza resuena entre algunos votantes árabes, que valoran su enfoque de «América primero» y su capacidad para evitar conflictos bélicos.