Imagen: primer ministro francés, François Bayrou I La Sexta
El recién nombrado primer ministro de Francia, François Bayrou, afronta su primera gran prueba de fuego: la aprobación de los presupuestos, una tarea que resultó letal para su predecesor, Michel Barnier. Bayrou, líder centrista y alcalde de Pau, debe forjar alianzas clave para evitar que su mandato descarrile en las primeras curvas.
Este martes, durante su esperado discurso de política general, expondrá las prioridades de su gobierno en un intento por asegurar el apoyo del Partido Socialista (PS) y esquivar una moción de censura que podría unirse al empuje de la izquierda y la derecha radical.
La negociación con los socialistas
Hasta la noche del lunes, Bayrou mantenía reuniones con los socialistas liderados por Olivier Faure para lograr su respaldo. La exigencia del PS es clara: revisar o suspender la reforma de pensiones aprobada en marzo de 2023, que retrasó la edad de jubilación de 62 a 64 años. Esta medida, promovida por el presidente Emmanuel Macron, ha sido una línea roja tanto para los socialistas como para Los Ecologistas, aliados en el Nuevo Frente Popular (NFP).
Aunque el NFP era un bloque cohesionado tras las elecciones legislativas de julio, la fatiga política y las necesidades de reorganización han abierto fisuras. Desde el Gobierno, ven estas negociaciones como una señal positiva, con ambas partes aún en la mesa. Incluso Los Ecologistas, que se reunieron el domingo con el ministro de Economía, Eric Lombard, han mostrado disposición al diálogo.
Romper con la derecha radical
El mandatario busca alejarse de los errores de su predecesor y desvincular su gobierno del apoyo de Reagrupamiento Nacional (RN), liderado por Marine Le Pen. No obstante, su estrategia exige medir cuidadosamente sus enfrentamientos con la ultraderecha para no cerrar del todo esa puerta. En el corto plazo, su objetivo es garantizar la abstención de la izquierda moderada, especialmente los socialistas, cuya bancada de 66 diputados resulta crucial para aprobar los presupuestos de 2025.
¿Ceder o resistir?
La cuestión de las pensiones se presenta como el gran punto de fricción. Aunque el primer ministro ha descartado una derogación, podría optar por suspender su aplicación mientras se revisan algunos puntos, como la edad de jubilación. Sin embargo, esto enfrenta la resistencia de Los Republicanos, cuyo líder en el Senado, Gérard Larcher, calificó la suspensión como “un salto al vacío”.
Por su parte, Macron parece dispuesto a considerar una suspensión temporal como salida para evitar un nuevo bloqueo político o la caída del gobierno. Sin embargo, cualquier decisión deberá ser cuidadosamente calculada para evitar conflictos legales y políticos.
Una encrucijada política
Bayrou se enfrenta a una delicada negociación en un contexto de fragmentación parlamentaria e incertidumbre política. Con la mirada puesta en los presupuestos y el futuro del país, deberá decidir si prioriza el diálogo con la izquierda o intenta resistir con el apoyo de la derecha moderada. El desenlace de este primer desafío marcará el tono de su mandato y definirá el futuro inmediato del gobierno francés.