La empresa estadounidense Chainalysis ha revelado que Corea del Norte intensificó su actividad de hackeo en 2024, logrando robar aproximadamente 1.340 millones de dólares en criptomonedas. Esta cifra supone un aumento del 102% respecto a 2023, cuando el monto robado ascendió a 660 millones de dólares. Según el informe, estos fondos están destinados a financiar programas de armas de destrucción masiva y misiles balísticos, aumentando la amenaza a la seguridad internacional.
Vínculo entre Pyongyang y Moscú
El incremento en la eficacia de los piratas informáticos norcoreanos coincide con un nuevo acuerdo de defensa mutua firmado entre Corea del Norte y Rusia en junio, durante una cumbre entre Vladimir Putin y Kim Jong-Un en Pyongyang. Entre los términos del pacto, que entró en vigor este diciembre, se incluyen compromisos de cooperación tecnológica en misiles y ayuda militar mutua. Además, el informe sugiere que este acuerdo pudo haber facilitado el acceso de Pyongyang a conocimientos avanzados en cibercrimen, proporcionados por hackers rusos, quienes lideran acciones de sabotaje a nivel mundial. La colaboración habría permitido a los piratas norcoreanos perfeccionar sus técnicas, logrando un mayor éxito en sus ataques a plataformas de criptomonedas.
En 2024, Corea del Norte estuvo detrás del 61% del monto total robado en criptomonedas a nivel mundial, con un total de 47 ataques documentados. Aunque el número de incidentes es similar al de años anteriores, el aumento en la cuantía robada demuestra una mayor profesionalización de los ataques. Los hackers norcoreanos emplean tácticas avanzadas como el uso de malware, ingeniería social y estrategias implacables para sortear las sanciones internacionales. Su actividad, según el informe, no solo financia los programas armamentísticos del régimen, sino también operaciones estatales clave.
La colaboración entre Rusia y Corea del Norte tiene implicaciones más allá del cibercrimen. Según el informe, parte del armamento financiado con los robos de criptomonedas está siendo utilizado por Rusia en la guerra en Ucrania, incluyendo ataques como el registrado este viernes contra la capital ucraniana. El informe también destaca el papel de Rusia en otras formas de desestabilización global, señalando recientes injerencias en crisis políticas en Georgia y Rumanía,.