Imagen: AP
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha dejado claro que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) solo pondrán fin a las hostilidades en el Líbano cuando Hizbulá se rinda. Este mensaje refleja las dificultades que enfrenta la milicia chií libanesa para aceptar una rendición, especialmente bajo el liderazgo de Naim Qassem, quien asumió el puesto tras la muerte de Hasan Nasralá.
A pesar de la firme postura de la organización proiraní, la continua ofensiva aérea israelí ha tenido un impacto significativo sobre su capacidad militar. Fuentes consultadas afirman que ya no se registran combates terrestres en diversas áreas cercanas a la frontera, lo que sugiere un debilitamiento de la organización. Israel, por su parte, ha extendido su sistema de defensa antimisiles al sur, controlando el territorio sin necesidad de realizar una invasión terrestre.
Efectos de la ofensiva aérea sobre Hizbulá
Desde el inicio de la ofensiva, las FDI han intensificado sus bombardeos en el sur de Beirut, especialmente en Dahiyeh, un bastión tradicional del grupo terrorista, y en otros puntos clave. La intención de Israel es forzar la rendición de la milicia, cuyo poder sigue siendo considerable, a pesar de las pérdidas sufridas. La ofensiva tiene como objetivo directo la protección de los ciudadanos israelíes del norte, quienes fueron desplazados por los ataques, y también busca la retirada de la milicia de áreas específicas, tal y como se estipuló en la resolución 1701 de la ONU de 2006. Sin embargo, el Gobierno israelí también exige el desmantelamiento completo de la organización.
La estrategia militar israelí y el cambio de enfoque
El conflicto en el Líbano ha seguido una dinámica diferente a las incursiones anteriores de Israel, como la de 2006. La operación israelí, dirigida inicialmente por Yoav Gallant, ha sido más prudente, con incursiones limitadas y un esfuerzo por reducir al máximo las víctimas, tanto israelíes como libanesas. Los avances tecnológicos en las capacidades militares israelíes han permitido una operación más precisa, que ha logrado neutralizar un porcentaje considerable del arsenal de misiles de la milicia terrorista. Se estima que la milicia chií ha perdido hasta un 70% de sus misiles y cohetes.
Además de estas operaciones, las FDI han ampliado sus ataques a territorio sirio, donde Hizbulá también tiene presencia. Siria, aliado de Irán, es un centro de operaciones de la milicia libanesa y de la Guardia Revolucionaria iraní, que ha sido atacada en el marco de esta ofensiva regional.