El Partido Popular ha intensificado sus críticas contra Pedro Sánchez por su reciente visita a Mauritania, donde abogó por buscar alternativas a la llegada de inmigrantes en cayuco. Los populares acusan al presidente del Gobierno de distanciarse de la postura de otros países europeos al proponer esta vía. Sin embargo, las políticas de deportación masiva, implementadas por gobiernos de diferentes ideologías en Europa han enfrentado numerosos obstáculos legales y diplomáticos.
Dificultades para las deportaciones en Europa
A pesar de que la normativa europea permite a los Estados deportar a migrantes sin permiso de estancia o con solicitudes de asilo rechazadas, las expulsiones se complican por una serie de trabas burocráticas y resistencia social en los países de origen. Aunque el número de deportaciones aumenta cada año, la mayoría son retornos voluntarios, mientras que las deportaciones forzosas suelen encontrar mayores dificultades.
El caso del Reino Unido y Ruanda
El Reino Unido es un ejemplo reciente de los desafíos en la aplicación de políticas de deportación. El ex primer ministro Rishi Sunak basó su campaña electoral en un plan para deportar migrantes a Ruanda, una estrategia iniciada por Boris Johnson en 2022. Sin embargo, este plan generó una fuerte oposición por parte de la iglesia anglicana, su propio partido y diversas organizaciones humanitarias, y fue finalmente bloqueado por la justicia británica y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Tras su victoria en las elecciones de julio, el nuevo primer ministro laborista, Keir Starmer, descartó definitivamente el plan, señalando que nunca tuvo el efecto disuasorio deseado.
Políticas migratorias restrictivas en Italia y Dinamarca
Italia, bajo el liderazgo de la primera ministra Giorgia Meloni, también ha enfrentado dificultades con su política de mano dura. Meloni había acordado con Albania la creación de centros para deportar inmigrantes rescatados en el mar, pero la apertura de estos centros ha sufrido retrasos. Dinamarca, por su parte, ha adoptado una postura aún más restrictiva, reduciendo las solicitudes de asilo y endureciendo las condiciones para los refugiados. Sin embargo, al igual que en Alemania, las deportaciones forzosas a Siria no son viables debido a la falta de relaciones diplomáticas con el gobierno sirio.
Impacto de los atentados en Alemania
En Alemania, el reciente atentado en Solingen, donde un refugiado sirio asesinó a tres personas, ha reavivado el debate sobre la seguridad y la migración. Con las elecciones regionales en Turingia y Sajonia a la vuelta de la esquina, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha aprovechado el incidente para promover su agenda antiinmigración. El canciller Olaf Scholz ha prometido intensificar las deportaciones, mientras que el líder opositor Friedrich Merz ha exigido medidas más duras. No obstante, las deportaciones masivas siguen siendo difíciles de implementar debido a la falta de relaciones diplomáticas con Siria y Afganistán, lo que obliga a Alemania a negociar con terceros países.