Entre finales de abril y el pasado 11 de mayo, Portugal realizó su ejercicio militar anual más importante, Orión24. Este evento reunió a 289 vehículos y 1.400 militares en el campo militar de Santa Margarida, al nordeste de Lisboa. Entre los participantes, se destacó la presencia de un contingente de 129 soldados españoles de la Brigada Extremadura 11, así como 25 militares rumanos y 17 eslovacos.
Los vehículos blindados de España
España aportó varios de sus carros de combate Leopardo 2E, vehículos de combate de Infantería Pizarro y vehículos de zapadores M-113 VCZ. Estos se unieron a los carros y blindados lusos, que incluían Leopard 2A6, M-113, obuses autopropulsados M-109 y transportes blindados Pandur II.
Cooperación militar hispano-portuguesa
La colaboración entre las fuerzas armadas de España y Portugal no es nueva, pues ambos países participan regularmente en ejercicios y maniobras conjuntas dentro de la OTAN y la Unión Europea. A pesar de una historia compartida y una vecindad geográfica, las relaciones militares entre España y Portugal han sido a menudo distantes, con más diferencias que similitudes en sus arsenales y estrategias.
Mayor colaboración entre ambos países
En el contexto actual de tensión global, exacerbado por la invasión rusa de Ucrania y el conflicto en Gaza, Europa ha incrementado sus gastos militares y ha buscado colaboraciones internacionales. Sin embargo, España y Portugal rara vez han trabajado juntos en iniciativas industriales de defensa, y sus arsenales muestran pocas coincidencias.
Historia y perspectivas de la Península Ibérica
Históricamente, las fuerzas armadas de España y Portugal han seguido caminos paralelos pero separados. Según un informe de 2017 del Real Instituto Elcano y el Instituto Português de Relações Internacionais (IPRI), la cooperación militar ha sido «prometedora en las formas y decepcionante en los resultados». Sin embargo, la situación estratégica en el sur de la Península Ibérica y los nuevos esquemas de la OTAN y la UE ofrecen oportunidades para mejorar esta relación.
Desafíos y oportunidades
Las diferencias en capacidad militar son notables. La capacidad de proyección militar española es significativamente superior a la portuguesa, y sus fuerzas armadas cuentan con más y mejores equipamientos. Esta asimetría dificulta una cooperación equilibrada. Además, las percepciones de riesgo y las prioridades estratégicas de cada país difieren: mientras que Portugal se enfoca en el control de su zona económica exclusiva, España se preocupa más por la inmigración y la estabilidad financiera.
Sin embargo, hay áreas donde ambos países podrían colaborar más estrechamente, como en la ciberdefensa, el desarrollo de capacidades conjuntas y la participación en misiones de paz. La reciente firma de acuerdos y tratados indica una voluntad política de avanzar en esta dirección, aunque queda por ver si se traducirá en acciones concretas.
