El reciente encuentro entre el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, ha abierto tensiones y desconfianzas entre Pekín y Washington.
Doble moral de EE.UU.
Wang Yi criticó abiertamente lo que definió como la «doble moral» de la administración estadounidense. El canciller chino expresó su descontento ante la forma en que EE.UU. ha manejado su relación con China, alegando que, por un lado, Washington difama a Pekín y, por otro, busca cooperar en diversos asuntos. Wang hizo un llamado a las autoridades estadounidenses para que cesen su campaña de desprestigio hacia China y aborden las relaciones bilaterales con una perspectiva más racional y respetuosa.
El ministro de Asuntos Exteriores chino destacó que EE.UU. debería dejar de «difamar, incriminar e imponer sanciones indiscriminadas a China», argumentando que este comportamiento solo alimenta la confrontación y socava las posibilidades de un diálogo constructivo. Además, enfatizó que la postura de China respecto a la guerra en Ucrania es «abierta y honesta», insistiendo en la promoción de la paz y el diálogo como vías para una solución política.
Otro punto de la conversación fue la independencia de Taiwán. Wang Yi enfatizó que la independencia de Taiwán es incompatible con la paz en la región, instando a EE.UU. a respetar el principio de «una sola China» si realmente desea promover la estabilidad en el estrecho de Taiwán. Esta cuestión ha sido un tema recurrente en las relaciones entre ambos países, con EE.UU. mostrando su apoyo a Taiwán y China reafirmando su postura de que Taiwán es parte de su territorio.
En cuanto al mar de China Meridional, Wang insistió en que las diferencias deben resolverse a través del diálogo y la consulta con los países directamente involucrados, advirtiendo a EE.UU. que no debe provocar problemas ni socavar los esfuerzos de los países de la región por mantener la paz y la estabilidad.
Por su parte, Blinken expresó su «preocupación constante» por el apoyo que China ha brindado a la industria de defensa de Rusia, especialmente en la guerra de agresión contra Ucrania. Subrayó la necesidad de que China aborde la amenaza que representa Rusia para la seguridad transatlántica, lo que refleja las tensiones geopolíticas que surgen de la alianza entre China y Rusia.
Además, Blinken abordó temas como los derechos humanos en China, mencionando específicamente los casos de ciudadanos estadounidenses detenidos y la situación en regiones como el Tíbet y Hong Kong.
A pesar de las tensiones, tanto Wang Yi como Blinken coincidieron en la necesidad de encontrar una coexistencia pacífica a largo plazo entre China y EE.UU. Afirmaron que continuarán el diálogo y la cooperación para gestionar adecuadamente sus diferencias y trabajar hacia un desarrollo estable, saludable y sostenible en sus relaciones bilaterales.