Originario del Dombás, su canal en Telegram –«Escrito desde Ioánina»– cuenta con más de 100.000 suscriptores que devoraban con avidez el contenido ultranacionalista de este antiguo soldado de la 4ª Brigada de Fusileros Motorizados de las Fuerzas Armadas rusas desde el frente ucraniano. Su posiciones siempre han sido polémicas, aunque había contado con el apoyo sistemático del régimen de Rusia debido a su ferviente apoyo al conflicto.
Su mujer, Miroslava Reginskaya y su abogado, Maxim Pashkov, anunciaron en el canal de Telegram que Murz se había suicidado de un disparo en la cara con su propia arma.
Las causas de su muerte parecen haber sido archivadas por el gobierno ruso, pero las circunstancias previas han hecho sospechar a la sociedad internacional.
El gobierno ruso le había amenazado
Hace poco tiempo, Murz publicó en su canal de Telegram el desastre ocurrido en Avdiivka, causando un escándalo en la blogosfera ultranacionalista rusa al denunciar que el país había perdido 16.000 soldados y 300 vehículos blindados durante la batalla.
Poco antes de suicidarse, el bloguero borró la publicación de su canal bajo presiones gubernamentales. Mas concretamente, se habría visto obligado a realizar esta acción por las presiones del presentador ruso Vladimir Solovyov, que había puesto a la opinión pública en su contra.
De la misma manera, en la carta de suicidio dirigida a su mujer y abogado, hacía referencia a un «coronel» que le habría alentado a hacer desaparecer la publicación lo antes posible: «Por orden suya me he visto obligado a eliminar una publicación de mi canal de Telegram«.
«El mando le obligó a dar esta orden con el argumento de la responsabilidad colectiva del Ejército y amenazando con no proporcionar suministros si no la eliminaba. Suministros que incluían granadas, helicópteros, carros de combate y vehículos de infantería», continuaba afirmando.
Por último, Murz afirmaba que «la orden se emitió por la presión de «las prostitutas políticas encabezadas por Vladimir Solovyov, que se orinan encima si tienen que venir (a la guerra) y apretar el gatillo. Bueno, lo haré yo mismo: me pegaré un tiro si nadie se atreve a encargarse de este asunto tan insignificante».