Este sábado, un ataque de proyectiles lanzados desde el Líbano resultó en la muerte de al menos nueve personas, en su mayoría niños y adolescentes, en la ciudad drusa de Majdal Shams, situada en los Altos del Golan, al norte de Israel. El ataque también dejó a decenas de personas heridas, quienes fueron trasladadas a hospitales por equipos de emergencia y helicópteros de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El grupo libanés Hizbulá inicialmente reivindicó el lanzamiento de varios proyectiles contra una base militar israelí en los Altos del Golan. Sin embargo, posteriormente el grupo desmintió su responsabilidad en el ataque que impactó en la localidad israelí. Los cohetes disparados alcanzaron un campo de fútbol cercano a un parque infantil, causando una gran devastación y poniendo en evidencia la gravedad del ataque.
El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz, declaró que «no hay duda de que Hizbulá cruzó todas las líneas rojas», sugiriendo que el ataque podría desencadenar una «guerra total». Katz comunicó la situación al primer ministro Benjamin Netanyahu, aunque no ofreció detalles específicos sobre su conversación. Katz subrayó que Israel está dispuesto a imponer un costo significativo a Hizbulá y reafirmó que el país contará con el «pleno respaldo» de Estados Unidos y Europa en su respuesta.
Idan Avshalom, un médico de alto rango de la Magen David Adom (MDA), relató la dramática escena al diario Jerusalem Post. Al llegar al campo de fútbol, los equipos de emergencia encontraron destrucción generalizada y objetos en llamas. Las víctimas estaban esparcidas en el césped, y el personal médico comenzó inmediatamente a clasificar a los heridos. Algunos de los afectados fueron trasladados a clínicas locales, mientras que el tratamiento de los heridos continúa. Además, se emitieron alertas adicionales durante el incidente, reflejando la gravedad de la situación en el área.