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Rishi Sunak, nacido en Southampton en 1980, se enfrenta a una contienda electoral en el Reino Unido con múltiples desafíos. Como candidato conservador, su batalla incluye no solo los números y el tiempo, sino también una población que muestra señales de cansancio y demanda un cambio, según indican las encuestas.
Un liderazgo en tiempos de crisis
El primer ministro británico, de origen indio, ascendió al poder en un momento crítico para los conservadores, tras varios líderes en pocos años y un brexit problemático que ha quedado atrás en la agenda pública. Sin embargo, defiende su gestión como superior a la de sus predecesores y advierte sobre los peligros de un retorno laborista al poder, enfocando su campaña en criticar más que en proponer.
Formación y carrera política
Sunak se educó en el Winchester College y en el Lincoln College de la Universidad de Oxford, luego amplió sus estudios en Stanford. Su trayectoria lo llevó de la City como analista financiero en Goldman Sachs a la Cámara de los Comunes, destacándose como uno de los economistas más respetados del país antes de su ascenso político.
Gestión económica y retos actuales
Nombrado secretario jefe del Tesoro en 2019 y ministro de Hacienda en 2020, enfrentó el desafío económico de la pandemia con políticas criticadas y el peso de ser visto como heredero de un Boris Johnson cuestionado por el escándalo del «partygate». A pesar de mejoras económicas recientes, su capacidad para implementar políticas a largo plazo y cumplir promesas sigue en tela de juicio.
Perspectivas y desafíos electorales
En la campaña actual, destaca por su enfoque en la economía y la crítica a las propuestas fiscales laboristas, mientras busca mantener la cohesión dentro del Partido Conservador y evitar una mayoría de la izquierda en el Parlamento. Sin embargo, enfrenta la desconfianza pública y el desgaste político, con la fortuna personal de su familia en la mira pública como un tema adicional en la campaña.
Estos desafíos definen la carrera electoral de Sunak, quien debe persuadir a un electorado escéptico mientras navega por aguas turbulentas en la política británica contemporánea.