Imagen: El canciller alemán Olaf Scholz I Reuters
El canciller socialdemócrata Olaf Scholz afrontará este lunes una cuestión de confianza en el Bundestag, con una derrota prácticamente asegurada, pero estratégicamente buscada. Este movimiento, previsto en la Constitución, es el único camino para disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas, previstas para el 23 de febrero. Con esta maniobra, busca contrarrestar su baja popularidad y desafiar las encuestas que lo colocan en desventaja.
Una campaña centrada en la moderación y la paz
En un contexto marcado por la guerra en Ucrania y la incertidumbre económica, Scholz ha elegido la bandera de la “prudencia” y la “paz” como ejes de su campaña. “La mayoría democrática de nuestro país quiere estabilidad, no aventuras arriesgadas”, afirmó recientemente en un acto del Partido Socialdemócrata (SPD). El canciller confía en replicar el éxito de 2021, cuando desmintió las proyecciones desfavorables y consiguió una ajustada victoria.
Las encuestas actuales, sin embargo, presentan un panorama complejo. La Unión Democristiana-Unión Socialcristiana (CDU-CSU), liderada por Friedrich Merz, se perfila como la principal fuerza política con más del 30% de intención de voto, seguida por Alternativa para Alemania (AfD) con un 20% y el SPD con un 17%. Aunque el actual presidente pierde frente a Merz en popularidad por un estrecho margen (45% frente al 43%), el canciller confía en que el inicio oficial de la campaña pueda modificar estas cifras.
El camino constitucional hacia las urnas
La derrota de Scholz en la moción de confianza es casi inevitable. Con los 207 votos del SPD y el apoyo de Los Verdes, sus socios en un gobierno en minoría tras la ruptura con los liberales, no alcanzará los 367 votos necesarios para mantener el respaldo parlamentario. Tras la votación, el canciller deberá solicitar al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, la disolución del Bundestag, lo que dará inicio al proceso electoral.
El SPD y la CDU-CSU tienen previsto presentar esta misma semana sus programas electorales. La campaña, que se intensificará tras los congresos extraordinarios de enero, será breve y coincidirá con momentos de relevancia internacional, como el cambio de gobierno en Estados Unidos y la prolongada incertidumbre política en Francia.
Ucrania, economía y migración: temas clave de la contienda
La estrategia en política exterior busca equilibrar el apoyo a Ucrania con un mensaje de prudencia. Aunque Alemania es el mayor proveedor de ayuda militar en Europa, el canciller ha fijado límites estrictos, rechazando el envío de misiles de crucero Taurus y armas que puedan ser usadas para atacar a Rusia. El borrador del programa del SPD subraya que ni Alemania ni la OTAN deben involucrarse directamente en el conflicto.
Sin embargo, esta posición ha sido criticada por figuras como Norbert Röttgen, experto en política exterior de la CDU, quien considera contradictoria la narrativa del SPD. Según él, es difícil convencer a los votantes de respaldar simultáneamente una postura de apoyo firme a Ucrania y otra que limita estrictamente esa ayuda.
En el ámbito doméstico, la CDU propone recortes fiscales y un endurecimiento de las políticas migratorias, mientras que el SPD apuesta por subir el salario mínimo, reintroducir el impuesto sobre el patrimonio y reformar las normas constitucionales sobre deuda pública.