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La celebración comenzó temprano en el centro de convenciones de West Palm Beach, Florida, donde los simpatizantes de Donald Trump se reunieron para seguir el recuento de votos. Aunque aún faltaban horas para conocer al ganador definitivo, la dinámica de los resultados favorecía claramente al candidato republicano, especialmente tras tomar ventaja en Pensilvania, uno de los estados clave.
Ventaja en estados decisivos
El liderazgo de Trump en Pensilvania, donde superaba a la demócrata Kamala Harris por cerca de tres puntos a medianoche, ponía la victoria al alcance del republicano. Sin este estado, Harris tenía pocas opciones de éxito. Otros resultados apuntaban en la misma dirección: el margen estrecho en Virginia, la ventaja en Wisconsin y la sorpresiva victoria de Trump en el condado de Miami-Dade, un bastión demócrata desde 1988, señalaban un fuerte apoyo entre los votantes hispanos.
La elección entre Harris y Trump se ha desarrollado en un país profundamente polarizado, con un sistema político criticado por la falta de candidatos populares. La mayor oportunidad de Harris residía en asegurar el llamado “muro azul” del norte, compuesto por Pensilvania, Michigan y Wisconsin, aunque el ambiente no le era favorable en el sur, especialmente en Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada.
Entusiasmo en el campamento republicano
En West Palm Beach, la emoción era evidente entre los seguidores de Trump. Un simpatizante exclamaba: «¡Esto está hecho!», mientras otros pedían acciones contundentes en temas de inmigración y seguridad. En un ambiente de júbilo, Fox News fue interrumpido en las pantallas para dar paso a la música de “Y.M.C.A.”, un himno característico en los mítines de Trump.
Mientras tanto, en la Universidad Howard de Washington D.C., la campaña de Kamala Harris empezó la noche electoral con optimismo. Sus seguidores, muchos con camisetas de la candidata, se reunieron para animar a la aspirante a primera presidenta de EE. UU. Sin embargo, el ambiente se tornó tenso a medida que los resultados fueron favoreciendo a Trump en estados clave. La esperanza de Harris se centraba en Pensilvania, y su equipo envió mensajes de última hora alentando a sus partidarios.
Un desafío a las expectativas
Para medianoche, estaba claro que la noche sería difícil para los demócratas. Trump se imponía con holgura en Florida y Ohio, y superaba por momentos a Harris en Virginia, aunque finalmente ella recuperó el estado. Mientras tanto, Harris recibía buenas noticias en territorios seguros como Nueva York y Washington D.C., pero estos resultados no bastaban para el triunfo nacional. En suburbios decisivos de Filadelfia, Pittsburgh, Atlanta y Detroit, Trump mostraba un avance comparado con 2020.