Un avión de la aerolínea estadounidense Spirit Airlines fue impactado por disparos mientras aterrizaba en Puerto Príncipe, Haití, en un episodio de violencia que ha puesto de manifiesto la grave situación de inseguridad que vive el país. El incidente ocurrió el 11 de noviembre de 2024, y obligó a la aeronave a desviarse hacia Santiago, en la vecina República Dominicana. Según el comunicado de Spirit Airlines, uno de los tripulantes sufrió heridas menores debido a una roca de bala, aunque los pasajeros resultaron ilesos.
El vuelo 951 de Spirit Airlines había partido de Fort Lauderdale, Florida, rumbo a la capital haitiana, una ciudad que se encuentra desde hace meses bajo el asentamiento de pandillas armadas que controlan gran parte del territorio. Una inspección realizada en el aeropuerto dominicano confirmó que el fuselaje del avión presentaba daños compatibles con disparos, lo que subraya el creciente riesgo que enfrentan las operaciones aéreas en Haití.
Tras el incidente, Spirit Airlines suspendió sus vuelos hacia Cabo Haitiano y Puerto Príncipe, hasta que se pueda evaluar la situación de seguridad en la región. Además, la embajada de Estados Unidos en Haití informó que las autoridades del aeropuerto de Puerto Príncipe ordenaron la suspensión de todos los vuelos, en un esfuerzo por garantizar la seguridad de los pasajeros y tripulaciones.
Aerolíneas como American Airlines y JetBlue a suspender sus vuelos entre Estados Unidos y Haití
Este ataque se suma a una larga lista de incidentes violentos en Haití, donde las pandillas han bloqueado carreteras, impuestos barricadas y han extendido su control a más del 80% de la capital. La situación ha llevado a aerolíneas como American Airlines y JetBlue a suspender sus vuelos entre Estados Unidos y Haití. En el caso de American Airlines, los vuelos entre Miami y Puerto Príncipe permanecerán suspendidos hasta al menos el jueves, mientras que JetBlue revisará su decisión en las próximas horas.
En un intento por contrarrestar la ola de violencia, la ONU apoyó el despliegue de una misión internacional que incluye fuerzas de seguridad de Kenia, destinadas a restaurar el orden en Puerto Príncipe y zonas aledañas. Sin embargo, el control de las pandillas y la falta de un gobierno central efectivo en Haití complican los esfuerzos por asegurar los puntos estratégicos del país, incluidos los aeropuertos y las principales vías de transporte.