El regreso del presidente estadounidense Donald Trump a la Casa Blanca ha traído consigo una nueva oleada de aranceles masivos —del 34 % a China, 24 % a Japón y 20 % a la Unión Europea— que reabre la guerra comercial y acelera un inquietante proceso de desglobalización. Ante este escenario, el Instituto Juan de Mariana ha publicado el informe “Europa frente al proteccionismo”, un documento de contexto que analiza en profundidad las implicaciones económicas de esta deriva y propone una hoja de ruta para la respuesta europea.
Un proteccionismo mal fundamentado
Según el documento, las decisiones comerciales de Trump se sustentan en una lógica técnicamente errónea. El presidente justifica los aranceles con base en el déficit comercial de EE.UU., cuando en realidad importar más de lo que se exporta no empobrece a un país, sino que puede reflejar una economía sólida, con consumidores activos y un mercado atractivo para la inversión extranjera.
Además, la metodología usada para imponer los aranceles ignora el comercio de servicios, las cadenas globales de suministro y el papel del dólar como moneda de reserva internacional. Esto convierte las medidas en instrumentos rudimentarios, punitivos y políticamente oportunistas, alejados de las normas que rigen el comercio internacional.
Impacto económico inmediato
El Instituto advierte que esta medida ha provocado ya la cuarta mayor caída bursátil en EE.UU. desde 1980, superada solo por el crash de 1987, la crisis financiera de 2008 y el estallido del covid-19. La incertidumbre en materia de política económica y comercial ha alcanzado niveles propios de los peores momentos de la pandemia.
En el pasado, políticas similares ya demostraron su ineficacia y alto coste: la guerra comercial con China durante el primer mandato de Trump supuso 57.000 millones de dólares en pérdidas para empresas y consumidores estadounidenses, encareció el coste de vida en 830 dólares anuales por hogar y destruyó 16 empleos por cada uno creado en la industria siderúrgica.
Europa: entre la amenaza y la oportunidad
Para la Unión Europea, el golpe es severo. Bruselas calcula que los nuevos aranceles implican un coste de hasta 81.000 millones de euros al año, frente a los 7.000 millones actuales. El 70 % de las exportaciones europeas a EE.UU. se verán afectadas, con impactos notables en sectores clave como el del automóvil, el acero y los bienes industriales.
Sin embargo, el Instituto Juan de Mariana considera que esta crisis también puede ser una oportunidad para Europa. El documento propone acelerar la integración del mercado único, una medida que podría generar hasta 814.000 millones de euros en beneficios, diez veces más que el impacto arancelario. Además, sugiere reducir la carga burocrática dependiente de Bruselas en un 25–35 %, lo que ahorraría hasta 37.500 millones en costes administrativos.
Frente al proteccionismo, el informe aboga por una estrategia europea basada en la apertura comercial, no en la represalia. Plantea impulsar una nueva ola de acuerdos de libre comercio con regiones clave como Latinoamérica, Asia-Pacífico y África. También recomienda revisar la agenda climática, apostando por tecnologías energéticas viables como la nuclear, y moderar las restricciones que penalizan a sectores industriales en plena crisis comercial.