Imagen: Gabe Conte
Los cuerpos de seguridad han iniciado una investigación en torno a una serie de videos que circulan en redes sociales, donde conductores presumen de alcanzar velocidades de hasta 300 kilómetros por hora en tramos del arco sureste de la M-50, en Madrid. Estos videos revelan carreras clandestinas que se llevan a cabo durante la madrugada y los fines de semana, desafiando a la máxima velocidad posible tras modificar el software de los vehículos para emular a los deportivos de la Fórmula 1.
Seat León como “patrocinador”
En las filmaciones objeto de investigación, se puede apreciar a dos vehículos, ambos Seat León de color amarillo, circulando a máxima velocidad en paralelo, mientras un tercero realiza la grabación. Estos eventos, conocidos como «lanzadas», son convocados minutos antes a través de redes sociales.
Un rudimentario sistema de vigilancia
Los participantes cuentan con su propio sistema de vigilancia, con amigos situados en varios puntos de la M-50 para alertar en caso de avistar vehículos de la Policía Municipal o la Guardia Civil. Algunos han optado por cambiar las placas de matrícula por las de vehículos dados de baja o de desguace para evitar ser identificados.
Control de la velocidad mediante GPS
Para medir el rendimiento, estos conductores utilizan el dispositivo Dragy GPS, diseñado para controlar con precisión la velocidad y el rendimiento del vehículo en tiempo real. Sin embargo, un mecánico especialista advierte que estos coches no están preparados para mantener esa velocidad durante mucho tiempo y señala el alto riesgo de accidentes.
Difusión de los videos por WhatsApp
Los videos de estos desafíos son compartidos en grupos de WhatsApp y muestran cómo un mismo vehículo tiene diferentes placas de matrícula. Aunque no hay apuestas de por medio, se realizan por reputación y fama entre grupos, y se sospecha que cuentan con talleres mecánicos donde se manipulan los vehículos, incluida la suspensión y otras partes.
En los videos difundidos se observa que estas carreras tienen lugar en los túneles del anillo exterior de la M-50, en un tramo situado a la altura de Perales del Río, con una recta de más de cinco kilómetros y cuatro carriles por sentido, donde no hay presencia de radares. Los conductores suelen reunirse en polígonos de Villaverde y Vallecas, primero para beber y luego para coordinar el desafío a través de un chat privado antes de lanzarse a la carretera, un juego imprudente que no dura más de 15 minutos.