La Prisión Puerto III, ubicada en el Puerto de Santa María, está envuelta en la polémica por supuestos casos de corrupción que consistirían en ceder beneficios a ciertos presos por miles de euros. El programa de Cuatro, En boca de todos, ha tenido acceso en exclusiva a los audios que una madre grabó a un funcionario que le pedía dinero a cambio de la libertad de su hijo.
La mujer explicó que los funcionarios de prisión pedían entre 9.000 y 15.000 euros, dependiendo del grado de libertad. Así, los 15.000 euros serían para la libertad total del preso y los 9.000 euros para permisos o condonaciones de las penas.
En los audios que la madre ha puesto a disposición del programa, se escucha cómo el trabajador del centro penitenciario le hace una oferta: “Te digo a ti que se puede buscar la reducción de la pena”. La misma mujer apuntaba que no a todos los presos se le ofrecen estos beneficios, sino que solamente “se hace con unos cinco o seis presos al año”.
Sin tapujos, la madre ha asegurado que tiene pruebas: “Todo empezó con la llamada de mi hijo, me pidió que anotara un número de teléfono y un nombre”. “Me dijo que le llamase, que me pusiera en contacto con él, porque estaba dando libertad a presos pagando 15.000 euros y dando permisos a 9.000 euros. Tuve cinco reuniones con dicha persona y están todas grabadas”, señala.
A Manuel le ofrecieron beneficios imposibles
El viernes pasado, el programa Mañaneros pudo hablar en exclusiva con Manuel, condenado a nueve años de prisión en el centro de Puerto III. «Lo que pienso ahora mismo es que en cualquier momento quizás me puedan llamar por todo esto que está ocurriendo y decirme ‘recoge tus cosas, que te vas a otra cárcel’. Ese es el temor que yo tengo«.
Manuel explica que está tranquilo porque, de momento, no se ha tomado ninguna represalia contra él. “Es una práctica habitual, que primero va de boca en boca”, esclarece. “Uno le dice al otro ‘no digas nada de esto, que se quede aquí’. Pero, al fin y al cabo, siempre se corre la voz. Eso aquí lo saben el 75% de los internos. Aquí hay entre 1.100 y 1.200 internos y caso todos tienen conocimiento de estos asuntos», agrega Manuel.
«Lo que pasa es que aquí mucha gente se calla las cosas con tal de que no se puedan tomar represalias contra ellos. Esto ocurrió hace cosa de dos años, que fue cuando yo recién entré a prisión. Yo llevaba cuatro o cinco meses cuando me enteré de todo esto y, evidentemente, yo desconociendo también los términos de la ley porque tengo una condena de nueve años. Yo se lo comenté a mi madre. Le dijeron que sí, que se podía hacer, pero, claro, evidentemente no se puede hacer con un caso en el que yo tengo nueve años de condena y llevo cuatro meses«, señala.
«Legalmente es imposible que a mí me puedan conceder un tercer grado o un permiso o nada por el estilo en aquel momento en el que ya le estaban pidiendo a mi madre esa cantidad de dinero por ofrecerme unos beneficios imposibles. Ya, que yo no cumpla los requisitos para beneficiarme de ello. Al fin y al cabo, eso ya fue una estafa«, explica el estafado.
