El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha retomado una estrategia electoral familiar: advertir contra una posible coalición entre el Partido Popular (PP) y Vox, de cara a las elecciones que se avecinan en Euskadi, Cataluña y Europa. Esta táctica, no tan antigua, se utilizó por última vez en los comicios del 23 de junio, centrándose en alertar sobre el avance de la extrema derecha y su ofensiva contra la memoria democrática.
El Gobierno liderado por Pedro Sánchez ha dado pasos concretos en esta dirección, amenazando con un recurso ante el Tribunal Constitucional contra las leyes propuestas por el PP y Vox en Aragón, Comunidad Valenciana y Castilla y León, que pretenden derogar las leyes de memoria democrática vigentes en esas regiones. Además, el Ejecutivo ha llevado este asunto a instancias internacionales como las Naciones Unidas, el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo. La culminación de esta estrategia fue la visita simbólica del presidente al Valle de los Caídos para observar los trabajos de exhumación de víctimas del franquismo.
PSOE con ciertos lastres cara a las elecciones
Sin embargo, el PSOE se enfrenta a estos comicios con cierto lastre, como la ley de amnistía, las concesiones a los partidos independentistas, la falta de Presupuestos para este año y el caso Koldo. Estos asuntos no favorecen al partido en las tres elecciones que se aproximan entre abril y junio. El Partido Popular ha denunciado estos temas en Europa, lo que ha quedado reflejado en el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que muestra una caída en la intención de voto para el PSOE.
Pedro Sánchez emplea la misma táctica
Para contrarrestar estas dificultades, los socialistas intentan movilizar a su electorado, recurriendo a la alerta contra la extrema derecha, una táctica que ya surtió efecto en elecciones anteriores al dejar al PP sin posibilidad de formar gobierno. Desde Ferraz defienden que estas acciones no se llevan a cabo por motivos electoralistas, aunque reconocen que la estrategia funcionó en el pasado y atribuyen la responsabilidad de la situación a los populares por seguir una agenda ultraderechista.
El PP se presenta como el principal rival a vencer en los próximos comicios, y la vinculación con la extrema derecha se convierte en un arma efectiva. Los mensajes desde el PSOE fluyen en cualquier escenario electoral, como se pudo observar en la campaña vasca, donde altos cargos socialistas advirtieron sobre la intervención del Gobierno en las derogaciones de las leyes de memoria democrática.
El PSOE también está preparando el terreno para las elecciones europeas, recurriendo a instancias internacionales y promoviendo iniciativas en el Parlamento Europeo. Con las elecciones del 9 de junio cada vez más cerca, el partido necesita asegurar su posición, especialmente ante las críticas del PP sobre la ley de amnistía en Europa. Aunque aún queda mucho por definir, como el nombre del candidato socialista, Ferraz ha convocado un comité federal para ratificar las listas, preparándose para lo que podría considerarse una segunda vuelta de las elecciones generales.