En los últimos años, España ha experimentado un aumento significativo en las importaciones de productos agrícolas provenientes de Marruecos. Sin embargo, esta tendencia no está exenta de preocupaciones, ya que se han registrado múltiples alertas sanitarias relacionadas con la calidad e inocuidad de estos productos.
Alertas sanitarias en los productos alimenticios
Según datos del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) de la Comisión Europea, España ha sido el país de la Unión Europea con mayor número de alertas sanitarias relacionadas con productos marroquíes. En el último año, se han registrado un total de 25 alertas, de las cuales 14 fueron consideradas como graves o potencialmente graves debido a deficiencias que podrían afectar la salud humana.
Entre las causas detectadas en estas alertas se encuentran la presencia de anisakis en pescados, rotura de la cadena de frío en mariscos, presencia de bacterias fecales como E. coli en judías, así como la detección de pesticidas en sandías y otros productos agrícolas.
Las fresas con hepatitis A
Una de las alertas más recientes y preocupantes fue la detección de hepatitis A en cargamentos de fresas procedentes de Marruecos. En el último año, se han registrado tres casos de fresas contaminadas con este patógeno, siendo la última detección la más alarmante debido a que el cargamento ya se encontraba en territorio español cuando se confirmó la contaminación.
Aumentan las importaciones
A pesar de las alertas sanitarias, España ha incrementado considerablemente sus importaciones de productos agrícolas procedentes de Marruecos. En febrero de 2024, las importaciones de frutas aumentaron un 46,17% en comparación con el mismo mes del año anterior, mientras que las importaciones de hortalizas y legumbres también experimentaron un aumento del 27,07%.
Sin embargo, este aumento en las transacciones comerciales no ha estado exento de controversias, especialmente en lo que respecta a la presencia de pesticidas en algunos productos importados. Análisis realizados por laboratorios han revelado la presencia de pesticidas en niveles que exceden los límites establecidos por la normativa europea, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad alimentaria de estos productos.