Dos policías asesinados y tres heridos graves. Uno de los fallecidos deja esposa y dos hijos. El otro agente caído convierte en viuda a su esposa, embarazada de cinco meses. El ministro francés de Justicia, Eric Dupond-Moretti, lamentó que «fueron tiroteados como perros por hombres para quienes la vida no vale nada«. Francia está conmocionada después de que un grupo de criminales asaltara el martes el furgón policial que trasladaba a juicio al líder pandillero Mohamed Amra «La Mouche», condenado por narcotráfico, robo, tentativa de asesinato y acusado de homicidio.
Los cómplices del delincuente bloquearon en el peaje de Incarville, en la autopista A154 cerca de Rouen, Normandía, la furgoneta y el vehículo de escolta. Abrieron fuego con armas automáticas contra los funcionarios de prisiones y, tras liberar a La Mouche, huyeron en un Audi A5 y un BMW Serie 3, ambos posteriormente encontrados calcinados.
Las reacciones
El crimen ha indignado a la clase política y sindical, que reclaman al gobierno de Emmanuel Macron y Gabriel Attal mano dura contra las bandas criminales. Jordan Bardella, cabeza de lista del partido de Marine Le Pen en las europeas, denunció «un verdadero salvajismo que azota a Francia día a día«. Más duro fue su correligionario Sébastien Chenu: «Nuestro país vive un aumento del salvajismo al que urge responder con gran firmeza«.
En términos similares se pronunció la candidata Marion Maréchal: «Francia se convierte en un narcoestado. Pido urgentemente leyes antimafia excepcionales para castigar a estos criminales, erradicar el narcotráfico y detener la inmigración». Maréchal también exigió capturar a Amra y sus cómplices «cueste lo que cueste, vivos o muertos».
Éric Ciotti, presidente de Los Republicanos, denunció que con este asalto los narcotraficantes cruzaron una nueva línea roja, atribuyéndolo al «colapso de la autoridad estatal». «Seremos implacables», advirtió Macron a los asesinos. Sin embargo, la ultraizquierdista Mathilde Panot consideró la muerte de los policías un mero «incidente laboral».
Tras el asalto se activó el protocolo «Epervier» para capturar a Mohamed Amra «La Mouche», un narcotraficante reincidente de 30 años y prácticamente desconocido hasta hoy. Estaba en prisión preventiva en Évreux, condenado por delitos contra la seguridad vial, robo, extorsión, destrucción de pruebas, allanamiento y acusado de asesinato y secuestro.
