La confrontación interna en el PSOE ha escalado a niveles críticos, con el secretario general del PSOE en Madrid, Juan Lobato, enfrentándose a fuertes presiones desde Moncloa. Pedro Sánchez y su equipo han manifestado su respaldo a Óscar López, actual ministro de Transformación Digital, como alternativa al liderazgo en Madrid, dejando a Lobato en una situación cada vez más precaria.
El caso que vincula a Lobato con la supuesta filtración de correos electrónicos del abogado del novio de Isabel Díaz Ayuso ha agudizado la crisis. Lobato ha sido citado a declarar en el Tribunal Supremo, y los mensajes que registró ante notario podrían comprometer no solo su posición, sino también a la Moncloa. En los mensajes, se señala a Pilar Sánchez Acera, mano derecha de López hasta hace unos meses, como la intermediaria que habría enviado información sensible a Lobato.
Desde Moncloa, las fuentes oficiales califican la decisión de Lobato de registrar esos mensajes como un “tiro en el pie” que no solo le perjudica, sino que también pone en riesgo al Gobierno. Según estas fuentes, Lobato habría actuado con la intención de protegerse frente a los intentos de Sánchez de desplazarlo, pero su estrategia ha resultado contraproducente.
Moncloa impulsa a Óscar López
El plan de Pedro Sánchez es claro: posicionar a Óscar López como líder del PSOE madrileño y candidato a las próximas elecciones autonómicas frente a Ayuso. Esta maniobra, según algunos analistas, busca fortalecer la estructura del PSOE en Madrid con un perfil más alineado con la estrategia del presidente.
Sin embargo, López también enfrenta su propia cuota de controversia. Su vínculo con la presunta filtración y su reciente salto de jefe de gabinete a ministro han generado críticas internas. Si el Tribunal Supremo decide investigarlo, su posición podría complicarse, aunque en Moncloa confían en que las implicaciones judiciales no alcancen a López.
Resistencia en el PSOE madrileño
A pesar de las presiones, Lobato se ha negado a ceder. Ha recibido el apoyo de varias bases del PSOE de Madrid, que ven en él una figura más cercana y capaz de hacer frente a Ayuso. No obstante, la candidatura de López ha desatado tensiones internas, con cuadros medios del partido mostrando su rechazo a lo que perciben como una imposición de Ferraz.
El respaldo a Lobato en Madrid contrasta con las divisiones que emergen en otras federaciones socialistas. En territorios como Andalucía, los cambios de liderazgo promovidos por Sánchez también han generado incertidumbre y descontento.
Con el Congreso Federal del PSOE en Sevilla a la vuelta de la esquina, las disputas internas amenazan con debilitar la cohesión del partido. La lucha por el control del PSOE de Madrid podría ser solo el preludio de enfrentamientos similares en otras regiones.
Las acciones del PSOE nacional han provocado especial preocupación porque esto podría repetirse a lo largo de las próximas semanas en las federaciones en las que Sánchez quiere imponer un cambio de liderazgo. Por ejemplo, Castilla y León, Andalucía, Extremadura, Aragón o La Rioja, entre otras.
Mientras tanto, Pedro Sánchez enfrenta un delicado equilibrio: fortalecer su liderazgo en el PSOE nacional sin alienar a las bases regionales. El desenlace de esta pugna marcará no solo el futuro político de Lobato y López, sino también el rumbo del partido en un contexto de creciente incertidumbre.
El impacto político y judicial de este conflicto, que ya ha salpicado a figuras clave del PSOE, se conocerá en las próximas semanas, con implicaciones significativas para las elecciones autonómicas y la estabilidad del Gobierno central.