En las últimas semanas, ha vuelto a las portadas un tema que parecía haber quedado en el olvido: la visita de Delcy Rodríguez, vicepresidenta del régimen venezolano, a España en enero de 2020. Ante este nuevo foco sobre el problema, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido nuevamente interpelado al respecto, y sus declaraciones han generado una gran controversia por las inconsistencias y cambios constantes en sus versiones de los hechos.
Sánchez negó su conocimiento sobre la visita en varias ocasiones
En varias intervenciones públicas tras la visita de Rodríguez, Pedro Sánchez aseguró no estar al tanto de la reunión que el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, había mantenido con la vicepresidenta venezolana en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Durante meses, el jefe del Ejecutivo se mantuvo firme en su versión, insistiendo en que no tenía conocimiento de que Ábalos había intervenido para evitar un incidente diplomático entre España y Venezuela
Por ejemplo, en declaraciones realizadas en enero de 2020, Sánchez afirmó de manera rotunda que “no tenía ningún conocimiento de esa reunión”. Esta versión fue mantenida tanto en el Parlamento como en diversos medios de comunicación. Además, Ábalos, que en ese momento aún era fiel a su partido, también defendió la misma postura, asegurando que su encuentro con Delcy Rodríguez había sido «fortuito» y que su intención era evitar que se produjera una situación comprometida debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea a varios altos funcionarios del régimen chavista, entre ellos, la propia Delcy Rodríguez.
El cambio de versión
No obstante, la situación ha dado un giro de 180º. En las últimas declaraciones de Pedro Sánchez hemos podido conocer que, efectivamente, el presidente del Gobierno conocía la visita de Delcy Rodríguez, una afirmación que contradice de forma clara sus declaraciones anteriores. Pedro Sánchez admitió haber sido informado con antelación sobre el viaje de la vicepresidenta venezolana y la posibilidad de que se produjera una reunión con miembros del Gobierno español.
De hecho, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha revelado en sus informes sobre el caso que Delcy Rodríguez tenía previsto cenar con el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, lo que añade un nuevo elemento a la polémica. A esto se suma que la Gueardia Civil en sus infromes asegura que «Aldama asumiría labores de intermediación en el ámbito internacional. Por ejemplo, este sería el caso de Globalia ante el Gobierno venezolano» por el cobro de una deuda de «200 millones de dólares».
Este cambio en la versión del presidente ha provocado una oleada de críticas tanto por parte de la oposición como de sectores de la sociedad civil, que acusan a Sánchez de haber ocultado información clave sobre un asunto de gran relevancia diplomática.
Desde el Partido Popular (PP), las críticas no se han hecho esperar. Alberto Núñez Feijóo, líder de los populares, ha acusado a Sánchez de «mentir reiteradamente» a los españoles, poniendo en duda la transparencia y fiabilidad del Gobierno. “Es inaceptable que el presidente de un país europeo cambie de versión sobre un asunto de esta magnitud. No solo afecta a las relaciones diplomáticas, sino a la credibilidad de España en el exterior”, aseveró Feijóo en un reciente acto público.
Por su parte, Vox ha pedido la creación de una comisión de investigación en el Congreso para esclarecer los detalles de la visita de Delcy Rodríguez y el verdadero papel que jugó el Gobierno en este controvertido episodio. Santiago Abascal, líder de la formación, ha sido contundente al señalar que este caso demuestra “la connivencia del Gobierno de Sánchez con dictaduras como la de Nicolás Maduro”.
A pesar de las duras críticas, la posición del Gobierno ha sido restar importancia al cambio de versión. Fuentes cercanas a Moncloa señalan que la admisión de Sánchez es un gesto de transparencia y que su principal objetivo era evitar un conflicto diplomático que pudiera perjudicar los intereses de España.
El cambio de versión de Pedro Sánchez sobre la visita de Delcy Rodríguez ha reavivado uno de los episodios más polémicos de su gestión. Con una oposición cada vez más crítica y un clima de desconfianza creciente, este tema promete seguir siendo un asunto de debate en los próximos meses, a medida que se revelen más detalles sobre el verdadero alcance de la reunión y las implicaciones que tuvo para la política exterior española.