La DANA que asoló el este de España, dejando casi un centenar de muertos y daños incalculables, se ha convertido en un punto de enfrentamiento político debido a las controvertidas acciones del PSOE y sus aliados. En medio de una tragedia nacional, las decisiones del Gobierno han generado indignación en la oposición y han puesto en tela de juicio las prioridades del Ejecutivo.
Votación en el Congreso a pesar de la tragedia
El impacto de la DANA se sintió también en las instituciones del país. En el Congreso, mientras se discutía la renovación del Consejo de Administración de RTVE, el aumento del número de víctimas generó propuestas unánimes de suspender la actividad parlamentaria. Sin embargo, el PSOE, junto a sus socios, se negó a cancelar el pleno extraordinario que convalidaría un decreto clave para controlar la televisión pública.
Pese al creciente número de muertos y las súplicas de PP y Vox para detener toda actividad, el bloque de investidura optó por seguir adelante con la votación. Según sus portavoces, «los diputados tienen que seguir trabajando». Esta postura fue vista como insensible y provocó que partidos como PP, Vox y Compromís abandonaran el hemiciclo, calificando la sesión como un acto «bochornoso» y «vergonzoso».
Finalmente, el decreto se aprobó con el respaldo de 175 diputados, dejando al PSOE bajo fuertes críticas por no priorizar la emergencia nacional. Solo tras finalizar la votación se decretaron tres días de luto oficial. La oposición, liderada por Alberto Núñez Feijóo, calificó estas decisiones como «indignas» y un reflejo del «sanchismo implacable». Desde Génova, denunciaron que «el día en que decenas de compatriotas estaban enterrados en lodo, el Gobierno se negaba a aplazar una votación sólo para adelantar el control sobre los medios públicos«.
Culpas cruzadas sobre la gestión de la alerta
Mientras tanto, en la Comunidad Valenciana, la gestión de la DANA también estuvo marcada por controversias. Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, fue criticado por sectores de izquierda tras transmitir un mensaje de calma basado en datos proporcionados por la AEMET. Durante una rueda de prensa, Mazón afirmó que «lo peor había pasado» y que el temporal se desplazaba hacia la Serranía de Cuenca, siguiendo la información oficial de esa mañana.
Horas más tarde, la magnitud del desastre demostró que estas previsiones eran incorrectas. Aunque Mazón basó sus declaraciones en informes oficiales, el PSOE lo acusó de minimizar la gravedad de la situación. Sin embargo, estas críticas se vieron empañadas por el hecho de que Pilar Bernabé, delegada del Gobierno, había hecho declaraciones similares horas antes, señalando que la alerta roja estaría activa «hasta las 18:00 horas» y advirtiendo sobre posibles extensiones debido a las lluvias.
Enfado de Pedro Sánchez con la Casa Real tras la visita a Paiporta
La visita a Paiporta de los Reyes Felipe VI y Letizia, junto a Pedro Sánchez y Carlos Mazón, dejaron imágenes históricas donde se recibió a todos ellos entre gritos de «asesinos», se les lanzó barro y se llegó a agredir al presidente del Gobierno. La indignación de los vecinos de Paiporta trastocaron el evento, lo que desencadenó una serie de acusaciones desde Moncloa hacia la Casa Real.
Durante la visita, los Reyes optaron por acercarse a la población, escuchar sus demandas y mostrar su apoyo emocional, un gesto que contrastaba abiertamente con la frialdad del presidente, quien terminó abandonando el lugar escoltado tras un incidente en el que recibió un golpe, según declaraciones oficiales.
La actitud del Monarca, respaldada por el presidente valenciano Carlos Mazón, generó simpatía entre los vecinos, mientras que la huida de Sánchez fue interpretada como una falta de empatía en un momento crítico. Ante esto, desde el Ejecutivo encabezado por Sánchez se señaló al Rey Felipe VI como responsable de la visita, calificándola de «error gigantesco».
En paralelo, el Gobierno vinculó los incidentes de Paiporta con grupos de extrema derecha, calificando a los responsables de los disturbios como «grupúsculos radicales». Por su parte, Sánchez adoptó un tono más contundente, calificando a los responsables como «grupos ultras perfectamente organizados».
Sin embargo, esta versión no ha sido respaldada por el Ministerio del Interior ni por la Guardia Civil y las afirmaciones de los cargos socialistas se contradicen con las declaraciones iniciales del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora de la Guardia Civil, Mercedes González, quienes atribuyeron los hechos a «violentos marginales».
El tuit de la ministra de Igualdad
El Ministerio de Igualdad desató una polémica tras la publicación de una fotografía en redes sociales que mostraba los apuntes de su ministra, Ana Redondo. La imagen, incluida en un tuit sobre la tercera reunión de coordinación para abordar la tragedia de la DANA en Valencia, revelaba frases como «este es nuestro momento» y una lista de argumentos contra la oposición. El tuit fue eliminado en apenas dos minutos y reemplazado por otro con imágenes distintas, pero las notas, que ya habían sido vistas por muchos usuarios, generaron críticas por evidenciar un intento de sacar rédito político de la catástrofe.
La moción de censura en Requena
Mientras la Comunidad Valenciana se enfrentaba a péridas incalculables por los estragos de la DANA el PSPV-PSOE arrebataba la Alcaldía de Requena al PP. En una polémica decisión, Mario Sánchez, del PSOE, retomó el liderazgo del municipio tras una moción de censura apoyada por el Partido de Requena y Aldeas (PRyA). La moción, justificada por los socialistas debido a una supuesta “falta de capacidad e interés” del PP, se llevó a cabo en plena crisis regional por la catástrofe, aprovechando un momento de debilidad en la alcaldía.
El secretario general del PPCV, Juanfran Pérez, denunció que «mientras los vecinos limpian barro, la prioridad del PSOE es echar a la alcaldesa». Por su parte, Mario Sánchez reconoció que el momento era “inoportuno”, pero aseguró que la fecha estaba fijada por ley.