En los últimos días, el reconocido músico y productor Nacho Cano ha denunciado una persecución política en su contra, señalando al PSOE y a figuras clave de la izquierda como responsables de una campaña de desprestigio. Este contexto se ha desarrollado en medio de un clima político tenso, donde las divisiones ideológicas han alcanzado niveles preocupantes.
La controversia comenzó con declaraciones críticas del PSOE hacia Nacho Cano, acusándole de beneficiarse indebidamente de su relación con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, perteneciente al PP. Desde el entorno del PSOE se sugirió que Cano había recibido favores políticos a cambio de su apoyo público a Ayuso.
Las tensiones alcanzaron su punto culminante cuando Cano fue detenido, acusado de un presunto delito contra los derechos de la población inmigrante y otro contra los derechos de los trabajadores por presuntamente haber contratado a inmigrantes en situación irregular para el musical que representa en la capital desde el pasado 2022.
Esto fue descrito por el productor musical en su declaración como un acto de represalia por su apoyo a la presidenta madrileña. Según Cano, su detención no fue más que una maniobra para desprestigiarle y minar su credibilidad pública. «Me han detenido porque apoyo a Ayuso», declaró Cano, subrayando que las acusaciones en su contra carecen de fundamento y forman parte de una estrategia para silenciarle.
Uno de los efectos más inmediatos de esta controversia ha sido la decisión de Renfe de retirar su patrocinio al musical «Malinche», producido por Cano. Esta medida fue promovida por el ministro de Transportes, Óscar Puente, perteneciente al Gobierno del PSOE, quien justificó la decisión alegando que las declaraciones de Cano habían causado un perjuicio reputacional a la compañía.
La rescisión del patrocinio no solo afectó financieramente al proyecto de Cano, sino que también fue interpretada como un movimiento político diseñado para presionarle y desacreditarle públicamente. Cano y sus seguidores ven en esta acción una clara señal de la persecución política que denuncian, argumentando que se trata de un intento de utilizar instituciones públicas con fines partidistas.
Polémica en redes
El caso de Nacho Cano no se ha quedado en los despachos de los partidos políticos, sino que en las redes y medios de comunicación se ha desatado un acalorado debate sobre el tema.
Por un lado, defensores de Cano argumentan que el músico está siendo castigado por sus opiniones políticas y su apoyo a figuras de la derecha. Ven en su detención y en la retirada del patrocinio de Renfe un claro ejemplo de cómo se puede utilizar el poder institucional para reprimir la disidencia.
Nacho Cano es junto a @JOSEMANUELSOTO1 de los pocos artistas de este país capaces de decir la verdad: Esto ya es una dictadura. Eres un valiente y en la trinchera nos encontraremos. Viva la libertad. Carajo!! pic.twitter.com/b9CqIjloA0
— Albert Castillón (@AlbertCastillon) July 9, 2024
Por otro lado, desde el ámbito de la izquierda se sostiene que Cano debe responder a las acusaciones en su contra y que las acciones emprendidas son parte de un proceso legítimo para esclarecer posibles irregularidades. Sin embargo, la rapidez con la que se han tomado medidas como la retirada del patrocinio ha alimentado las sospechas de una motivación política detrás de estas decisiones.
Nacho Cano dice que la policía son unos criminales y que, si lo encuentran muerto en una cuneta, ya se sabrá quién fue.
— Pablo Echenique (@PabloEchenique) July 9, 2024
Si fuera un artista de izquierdas en vez de un amigo de Ayuso, terminaba condenado por terrorismo por la Audiencia Nacional.pic.twitter.com/tIKr6eH48u
