Las redes sociales y el ciberespacio están exponiendo a los menores a formas de violencia que se tornan cada vez más alarmantes. La Fiscalía de Madrid ha alertado sobre el aumento de delitos que involucran a adolescentes, tanto como agresores como víctimas. Un fenómeno preocupante es el llamado ‘happy slapping’, una forma de acoso que implica agresiones físicas o verbales grabadas y compartidas en redes con el objetivo de humillar a la víctima públicamente.
En un informe reciente, la Fiscalía destacó la facilidad con la que los jóvenes acceden a medios digitales para cometer estos actos, amparados en la impunidad percibida que ofrecen las redes. Este tipo de violencia ha proliferado entre los menores de edad en los últimos años.
‘Happy Slapping’: la humillación compartida
El ‘happy slapping’ consiste en grabar ataques o humillaciones mediante teléfonos móviles y difundir las imágenes en redes sociales, buscando no solo la visibilidad de la agresión sino también exponer a la víctima al escarnio público. La popularidad de este fenómeno refleja la necesidad de aceptación en redes, según organizaciones como Save the Children, que señalan que muchos jóvenes buscan ‘likes’ y reconocimiento social mediante este tipo de contenido. La ONG subraya que el afán por ganar notoriedad puede llevar a adolescentes a agredir, incluso a compañeros o amigos.
Violencia entre iguales y ciberacoso
Save the Children revela que la mayoría de las agresiones ocurren entre conocidos: en un 61% de los casos, los agresores son amigos o compañeros de la víctima. Esta forma de violencia, conocida como ciberacoso cuando ocurre en línea, se amplifica cuando la agresión es grabada y publicada en redes, encajando en la práctica del ‘happy slapping’. Es importante destacar que quienes filman, aunque no participen activamente en la agresión, también son considerados culpables por permitir y difundir las imágenes.
La ONG estima que, en 2019, unos 76.643 jóvenes en España fueron víctimas durante su niñez. La Fiscalía de Madrid advierte que esta cifra probablemente ha crecido con la expansión del uso de teléfonos inteligentes y el acceso a múltiples plataformas en internet, incluso para menores de edad.
Comunidades digitales que incitan al autodaño
Además de esta práctica, la Fiscalía ha detectado grupos virtuales donde se incita a los menores a autolesionarse y adoptar conductas alimentarias nocivas. Según la Sección de Menores, en estos foros se motivan retos dañinos, como restringir severamente la ingesta de alimentos o alcanzar un peso determinado en un plazo específico. Las autoridades han comenzado a investigar estas prácticas, que constituyen un peligro adicional en el universo digital al que están expuestos los adolescentes.