El Gobierno de Sánchez ha encendido los motores para pedir fondos europeos y reconstruir Valencia tras los destrozos de la DANA. ¿El problema? Que el 80% de los fondos disponibles son préstamos que España tendrá que devolver con intereses, aunque sean «ventajosos». Vamos, no es dinero regalado ni mucho menos.
Carlos Cuerpo, ministro de Economía, promete redirigir fondos del Plan de Recuperación para proyectos «estratégicos» en Valencia, lo cual suena estupendo sobre el papel. Pero expertos como los de Llorente y Cuenca ya avisan: la UE no pone las cosas fáciles. Para usar esos préstamos, habría que montar un mecanismo financiero que garantice la devolución, salvo que el Gobierno logre que no computen como deuda .
En resumen, sí habrá dinero, pero entre negociaciones arduas y préstamos que no salen gratis, Valencia va a necesitar más que una sombrilla para capear este temporal económico.
Next Generation EU: ¿fondo perdido o lío interminable?
El Gobierno español ha exprimido las subvenciones de los Next Generation EU (80.000 millones de euros), pero no sin tropiezos. Entre convocatorias desiertas y candidatos fuera de juego, han quedado remanentes que, hasta septiembre, sumaban apenas 7 millones en el ámbito estatal. Un pellizquito comparado con lo que queda pendiente: 14.676 millones por adjudicar o comprometer.
Si el ritmo sigue igual, un 20% de esa cifra (unos 2.848 millones) se quedará sin asignar, generando más «remanentes» para los contables. Y ojo, que estos cálculos ni siquiera incluyen el caos en las Comunidades Autónomas, donde rastrear la ejecución de fondos es casi una ciencia oculta. Mientras tanto, la reconstrucción tras la DANA depende de préstamos y de más de una calculadora afilada.
Fondos europeos: el sudoku infinito del Gobierno español
El panorama de los fondos Next Generation EU es un cóctel de promesas, plazos y cifras que marean. De los 24.725 millones transferidos a las Comunidades Autónomas, Llorente y Cuenca estima que quedarán remanentes por 4.799 millones, asumiendo un índice de adjudicación del 80,6% (que ya parece optimista). En total los remanentes del Plan de Recuperación podrían alcanzar al menos 14.700 millones, aunque podrían subir un poco más si algunos proyectos aprobados no se ejecutan.
¿Y los préstamos? Ahí la cosa va aún más lenta. De los 83.140 millones disponibles, apenas 32.674 millones están comprometidos, y no se sabe cuántos se han distribuido efectivamente. Con el reloj avanzando hacia agosto de 2026, el riesgo de que queden fondos sin asignar parece bastante real.
El Gobierno, mientras tanto, se plantea negociar una Adenda para redirigir remanentes hacia la reconstrucción de las zonas afectadas por la DANA. Pero no es tan sencillo: cambiar los objetivos de los fondos Next Generation exige el visto bueno de los otros 26 países de la UE. Más fácil sería usar los restos del presupuesto tras cumplir los hitos, pero no esperemos un maná de millones.
Moraleja: entre burocracia europea y calendarios ajustados, el futuro de estos fondos parece más un rompecabezas que un salvavidas. Valencia, paciencia.